La marina de Casa de Campo, en la desembocadura del río Chavón, en el mar Caribe, tiene una capacidad para albergar unos 350 yates.
Santo Domingo.-Las iniciativas en el ámbito del turismo tienen hoy día un modelo que para el sentido común es el único. Pero es una distorsión en la manera de entender no solo el negocio, sino al turista.
Antes de que germinaran las semillas del negocio en la parte Este del país, y se expandieran, habían sido notables otras experiencias en esta y otras regiones, como el caso Playa Dorada y su entorno, en Puerto Plata, a la sombra de la Ley 153 de Promoción e Incentivo al Desarrollo del Turismo, de 1971, así como de Infratur.
Cualquier persona con 30 años de edad puede creer que el turismo como actividad económica en República Dominicana ha sido inventado en la región Este.
Si se trata de playa, sol y diversión, hay que mirar hacia Playa Dorada, en el norte, y hurgar en las causas de su declinación.
Si se trata de un turismo más sereno y de fondo, hay que mirar a Casa de Campo, en La Romana.
A la sombra del azúcar
El campo de golf Diente de Perro fue abierto a finales de 1971, de acuerdo con información recogida en la web de Casa de Campo, Resort & Villas.
En 1974 fue abierto el resort, una instalación para el alojamiento del visitante en una habitación, pero rodeado de opciones para la diversión y el ocio, como cancha de polo, tenis, un campo de golf, una playa…, que no siempre están presentes en un hotel. Esta iniciativa puso en marcha la vertiente más exitosa del turismo de alto poder adquisitivo que puede ser exhibido en el país.
Concomitante con el inicio y desarrollo de la experiencia de Casa de Campo, negocio surgido a la sombra de la industria azucarera de la entonces Gulf and Wester, hoy Central Romana, se producía en el extremo Este una inversión que empezaría a andar con pasos cortos hasta convertirse en lo que es hoy.
Punta Cana
La flor del turismo en el extremo oriental del país tiene su origen en una inversión del año 1969, de acuerdo con datos del Grupo Puntacana en su portal de internet, como una operación de bienes raíces.
Un año antes, en 1968, el entonces presidente Joaquín Balaguer había designado al soñador Ángel Miolán, el de la industria sin chimeneas, como director general de Turismo.
En la conciencia hiperpolitizada del dominicano se habla de Juan Bosch como un organizador y pensador excepcional, de José Francisco Peña Gómez como un líder carismático y de Joaquín Balaguer como el ajedrecista del poder. Y se olvidan de Miolán, que no dejó una marca partidaria a pesar de que por razones políticas salió del país en 1934 y agarrado de ella regresó en 1961.
Miolán Le heredó a la vida económica dominicana, sin embargo, la valoración del turismo como veta económica, de la cual es la del Este la más valorada y mejor explotada en la actualidad. De acuerdo con un estudio dado a conocer por el Banco Popular y Asonahores el 14 de julio, “8 de cada 10 dólares ingresados por concepto de turismo permanecen en el país y el 60 % de todas las ganancias se ha reinvertido”.
Un monte
A los dominicanos que viajan hoy día maravillados hacia el Este se les puede asegurar que muchos nativos de El Seibo y La Romana con más de 60 años pueden haber oído hablar de los andurriales que estaban más allá de Higüey, erizados de búcaras y tupidos por enjambres de jejenes y mosquitos.
Ahora todos quieren el turismo en sus comunidades, como si todo pudiera ser convertido en Casa de Campo o Punta Cana y sus vecindades que, por cierto, no ha sido simple como frotar una lámpara y ¡zaz!, ya está. Cuando Punta Cana empezó a ser el Punta Cana del relumbrón habían pasado décadas.
Antes había existido Puerto Plata con sus grandes inversiones y su expansión deslumbrante. Y, desde luego, con su lamentable caída, la cual fue aligerada por el desarrollo del Este, por donde se puede encontrar no solo Punta Cana, sino Uvero Alto, Cap Cana, Iberostar, Hark Rock, Macao, Barceló, Now Lorimar, Meliá, Palladim, Princes… Pero también Pueblo Bávaro, Cocoloco y otras comunidades. ¿Sería propio empezar a hablar de Ciudad Cana?
El turismo en el Este, sin embargo, no empieza y termina en Punta Cana. Sin el relumbrón de la parte más oriental, San Pedro de Macorís tiene playas que miran al mar Caribe, hoteles y complejos inmobiliarios de buen nivel.
Y los que no
Ahora promueven iniciativas importantes en el entorno de Miches, un hecho que tiende a cerrar un circuito turístico alrededor de la región Este que deja encerradas a importantes comunidades sin acceso al mar, como Hato Mayor, El Valle, Santa Cruz de El Seibo, Pedro Sánchez y el propio Higüey, que tras la construcción de la Autovía del Coral se ha quedado al margen.
¿Qué pasará con ellos?
Cinco municipios
— Los mediterráneos
La producción agropecuaria es una opción para la que hay tierras y tradición, pero hay para ello que cambiar de actitud, algo fácil de escribir, pero no siempre fácil concretar.