Los tranvías como medio de transporte urbano ofrecen una serie de beneficios y ventajas para la movilidad en las ciudades. Son una manera eficiente y masiva de transportar pasajeros, lo que puede contribuir significativamente a aliviar la congestión del tráfico y reducir la contaminación ambiental.
Sin embargo, para que estas infraestructuras justifiquen su inversión por parte del Estado, deben cumplir con ciertos criterios y enfrentar diversos desafíos.
Uno de los principales criterios para evaluar la viabilidad de los tranvías es su rentabilidad operativa. A menudo, el costo operacional no se compensa con los ingresos generados por la venta de boletos, lo que requiere subsidios por parte del Gobierno para cubrir la diferencia.
Estos subsidios, que salen obviamente de fondos públicos, deben justificarse con beneficios políticos intangibles, como la reducción de la contaminación ambiental y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.
Además, la implementación exitosa de los tranvías requiere la reducción del número de autos en las vías. Esto puede ser un desafío en nuestra sociedad donde la cultura del automóvil es predominante y los vehículos privados son considerados símbolos de progreso económico y social; ¿estarían los dominicanos dispuestos a renunciar al uso de un auto privado para inscribirse en la lista de usuarios del transporte colectivo?
Para fomentar el uso del transporte público, es necesario realizar estudios previos para comprender los patrones de movilidad de la población y diseñar rutas que satisfagan sus necesidades.
Otro desafío sustancial es la oposición de ciertos grupos de interés, como los sindicatos del transporte de pasajeros. Estos grupos pueden resistirse a la implementación de tranvías, ya que podrían verlos como una amenaza a sus intereses económicos.
Además, la seguridad pública juega un papel crucial en la percepción de la gente sobre la seguridad del transporte público. La falta de esta puede disuadir a los usuarios de utilizar el transporte masivo, lo que dificulta la justificación de la inversión en infraestructuras como los tranvías.
Es importante destacar que la planificación y el diseño de los tranvías deben realizarse teniendo en cuenta las necesidades de la población y no sólo con objetivos políticos. Las rutas deben servir a áreas densamente pobladas y proporcionar acceso a servicios y lugares de interés.
Además, se deben implementar medidas para garantizar la accesibilidad de personas con movilidad reducida, lo que puede mejorar la inclusión social y la equidad en el transporte urbano.
En cuanto a la congestión del tráfico, es fundamental abordar las causas subyacentes, que pueden incluir el crecimiento descontrolado de la población, la falta de planificación urbana y la dependencia excesiva del transporte privado. La promoción de alternativas al automóvil, como el transporte público y la movilidad activa, puede ayudar a reducir la congestión y mejorar la calidad del aire en las ciudades.
Los tranvías pueden ser una solución efectiva para mejorar la movilidad urbana, pero su implementación exitosa requiere un enfoque integral que aborde tanto los aspectos técnicos como los socioeconómicos y políticos. Aún no es una práctica nuestra, pero es importante involucrar a la comunidad en el proceso de planificación y tomar en cuenta sus necesidades y preocupaciones.
*Por Víctor Feliz Solano