Hemos entrado a la semana de las elecciones con la fortuna de que la Junta Central Electoral ha avanzado de manera satisfactoria en la preparación de la logístia, lo que augura un montaje exitoso.
Los partidos agotaron durante este fin de semana una intensa actividad proselitista por todo el país, fundamentalmente promoviendo los candidatos a senadores.
Entramos en el tramo de la campaña sucia y la campaña negativa, dos conceptos diferentes aunque se parezcan.
En el marco de la campaña sucia ya hemos visto una gran proliferación de informaciones falsas divulgadas por actores políticos conocidos que parecen decididos a tirar su prestigio por la borda en este proceso.
Esos recursos impúdicos pueden enrarecer la parte final del proceso, pero ojalá que la población desampare a los que se aferran a métodos que esperamos superar.
En esta campaña hemos visto con satisfacción la participación de una gran cantidad de candidatos jóvenes y que casualmente se han alejado de las triquiñuelas para promoverse.
Se están abriendo camino transitando una forma diferente de hacer política, que los ha distanciado de aquellos dinosaurios que se aferran a la mentira, la violencia verbal, el incidentalismo y la deshonestidad.
Estos días son propicios para que partidos y candidatos organicen su logística electoral, para repasar las reglas del juego democrático y apoyar a la Junta Central Electoral.