El tráfico, un cáncer urbano en Santo Domingo

El tráfico, un cáncer urbano en Santo Domingo

El tráfico, un cáncer urbano en Santo Domingo

El caos en el tránsito se ha constituido en un cáncer en el Gran Santo Domingo, que se expande de manera acelerada a ciudades como Santiago sin que se observen acciones que permitan creer que habrá una mejora en el futuro mediano.

La combinación de un servicio de transporte público deficiente, exceso de vehículos privados, imprudencia de los conductores e irrespeto de las normas de tránsito son el catalizador del citado caos.

Este gravísimo problema urbano reduce la calidad de vida de los munícipes, además de que se la encarece, pues tienen que dedicar mucho más tiempo a trasladarse de un lugar a otro y además consume mucho más combustible.
En otras palabras, el caos en el tránsito consume en horas -hombres y combustibles.

Tiempo que las personas pudieran pasar descansando o en actividades productivas, la consumen en los tapones de la ciudad, un gran generador de estrés.

Como decíamos al principio, no se vislumbran medidas que generen la esperanza de que ese problema se resuelva en el mediano plazo.

Sin embargo, puede producirse una que otra mejora, sin que implique grandes inversiones para el Estado.
Expandir a todas las calles y avenidas el control de los lugares donde se permite estacionar ayudaría de manera considerable, pues muchos de los tapones tienen su origen en el estacionamiento paralelo en calles de dos vías.

También hacer respetar los carriles para doblar a la izquierda en los lugares que se permita y para seguir derecho.
Las autoridades, eso sí, requerirán de coerción frente a la cultura del caos y del irrespeto que se ha apoderado de los conductores.

La situación se pondrá más crítica en estas festividades navideñas.
La ciudad va camino al colapso en materia de tránsito, pero aún podemos frenarlo.



El Día

Periódico independiente.