El resultado en El Salvador donde la selección de RD de fútbol cayó con un honroso 3-2 contra un rival muy superior en escalafón e historia, ha sorprendido.
Todos esperaban una goleada y aunque luego decepcionó con empata 1-1 en casa ante Suriname, la actuación en San Salvador deja un mensaje: que el talento está y ha estado.
Solo hay que trabajarlo mejor, desplegar los esfuerzos de rigor con torneos locales más continuos, buscar amistosos y convocar los que juegan en el extranjero, como hace todo el mundo.
Resultó risible la declaración semanas antes del entrenador cubano Domingo Hernández, de que no necesitaba para esta eliminatoria para el Mundial de 2014 en Brasil, a los talentos que militan en el exterior.
Uno solo puede entender una retórica tan atrasada, a que lo mandaron a decir eso. Porque siempre ha habido la negligencia en llamarlos.
Ni siquiera lo hicieron para los Juegos Panam 2003, una ocasión tan especial. Otra situación es, la de solo atenernos a una cancha: San Cristóbal.
Hay la percepción de que la del Estadio Olímpico se dejó dañar, para justificar el uso en esa ciudad como único reducto de partidos internacionales.
Por eso se jugó el martes 6 con un calor endiablado en la tarde y con escasos 2,000 asistentes, cuando en SD pudieron asistir de 5,000 a 10,000 en horas de la noche. Hay que adecuar el estadio Félix Sánchez por el bien del fútbol.
