- Publicidad -

- Publicidad -

El sonido de la tambora calló para siempre en el Jet Set, Santuario del Merengue

Cecilia Rivera Por Cecilia Rivera
Jet Set: Donde la fiesta se convirtió en escenario de dolor
📷 Jet Set: Donde la fiesta se convirtió en escenario de dolor. Archivo

Mis sentidas condolencias al pueblo dominicano

Hay un país en el mundo situado en el mismo trayecto del sol donde la alegría se convirtió en tristeza y el merengue fue silenciado.

El sonido de la tambora, la güira y el acordeón calló para siempre en el lugar que fue reconocido en el 2009, por el entonces secretario dominicano de Cultura, José Rafael Lantigua, como el único espacio en Santo Domingo, donde se celebró por más de 37 años ininterrumpidos el merengue con orquestas en vivo: la discoteca Jet Set.

Este año celebraba sus 53 pero ya no podrá seguir siendo más el gran escenario de la música y el baile caribeños. La madrugada del 8 de abril del 2025 no será olvidada por el pueblo dominicano, debido al colapso del techo del lugar, mientras el merenguero Rubby Pérez, acompañado por su orquesta, realizaba su presentación en lo que se conocía como los “Lunes de Merengue» o “Lunes de Jet Set».

Cecilia Rivera -periodista
Cecilia Rivera

Rubby Pérez murió junto con más de 200 personas. Además, más de 189 resultaron heridas y hay un número indeterminado de desaparecidos. El club nocturno era el principal lugar de entretenimiento de República Dominicana y del área del Caribe.

Miles de horas de merengue, salsa y bachata se escucharon a lo largo de poco más de medio siglo en el recinto, gracias a la presentación en vivo de artistas dominicanos, como Los Hermanos Rosario, Wilfrido Vargas, Eddy Herrera, Johnny Ventura y Sergio Vargas, entre otros. También sonaron ahí las voces de los internacionales Oscar D´León, Gilberto Santa Rosa y el Gran Combo de Puerto Rico, entre otros.

Rubby Pérez era conocido como «La Voz más alta del merengue».

Miles de dominicanos recuerdan, seguramente con un buen sabor de boca, cuándo asistieron por primera vez a la discoteca. Para ellos, cualquier día de la semana es ideal para ir a bailar y gozar de la buena música en vivo.

La alegría dominicana es única en el mundo. Es contagiosa, es parte de su cultura y los identifica como pueblo.

Ya fuera para celebrar un cumpleaños, una boda, el nacimiento de un nuevo integrante de familia o las Fiestas de Navidad o Año Nuevo, el JetSet era el sitio elegido para realizar el festejo, principalmente por la presencia de músicos en vivo.

En el año 2001, para una extranjera llegar a Santo Domingo, saber que había un lugar en donde se podía bailar los lunes y que además tocaran música en vivo resultaba muy atractivo. No era algo común.

El fallecido Luis Albert, promotor dominicano del merengue en México por más de 20 años y amigo de los cantantes Eddy Herrera, Johnny Ventura y de René Solís, manager de Los Hermanos Rosario, me había hablado del lugar. 

El Jet Set que tuve la oportunidad de conocer durante ese mes de mayo del 2001 me sorprendió por la buena música en vivo que podía escucharse, por la entrega de los artistas al público, por la alegría, por el ritmo cadencioso para bailar de los asistentes, que  acudían en su totalidad vestidos con elegancia.

El sitio era apropiado para el baile porque, como bien se sabe, bailar ayuda a mejorar la salud física y mental (algo tan necesario en los tiempos actuales), y a desarrollar habilidades sociales.

Era un espacio en el que además de poder escuchar a los mejores artistas dominicanos, se podía bailar, algo que cada día resulta menos frecuente.

Desde hace años en México, casi todos los grandes salseros y algunos merengueros se presentan en lugares en donde no se puede bailar debido a la masificación de los eventos.

Celebrar algún acontecimiento importante, tener la fortuna de escuchar a “La voz más alta del merengue” o simplemente “Botar el golpe” fueron seguramente algunos de los motivos que llevaron a cientos de personas al JetSet el lunes 7 de abril por la noche.

Creo que no habrá ningún integrante del mundo del merengue dominicano que no tenga  mucho que contar sobre todo lo que vivió en la discoteca.

El JetSet fue para muchos su casa durante años. Era el lugar al que siempre regresaban, luego de sus presentaciones en el interior del país o en el  extranjero. Era el sitio para convivir con el pueblo dominicano, era la oportunidad para recibir el cariño de sus seguidores.

En México se registró una tragedia similar en una discoteca de la capital del país. Eran las 5:10 de la mañana del 20 de octubre del 2000. El predio que albergaba la discoteca Lobohombo se convirtió en una hoguera en la que 23 personas perdieron la vida calcinadas y más de 40 resultaron heridas.

El lugar donde se encontraba Lobohombo alberga hoy la estación de bomberos “Ave Fénix” gracias a que el gobierno capitalino expropió el predio y lo declaró de utilidad pública.

Ese 20 de octubre era viernes, y aunque ya casi amanecía, los muros decorados como selva de poliuretano retumbaban con la música del grupo de merengue dominicano Oro Sólido, una de las tantas agrupaciones que ya no podrán escucharse en el escenario el Jet Set.

Etiquetas

Artículos Relacionados