El software se ha convertido en un elemento ubicuo en el actual mundo digital. Esto quiere decir que está presente en todos los aspectos de la vida humana.

Los programas informáticos se encuentran «embedidos» o “empotrados” en las tarjetas electrónicas de dispositivos de uso común como fotocopiadoras, taximetros, sistemas de seguridad o la “computadora” de nuestros vehículos.

Desde el punto de vista de la sociedad, el software provee flexibilidad, inteligencia y seguridad a todos los sistemas complejos y equipos que soportan y controlan las diferentes infraestructuras claves de nuestra sociedad: transporte, comunicaciones, energía, industria, negocios, gobierno, salud, entretenimiento, etc.

El software también produce un profundo impacto en nuestra vida social que se visibiliza mas en la forma que nos comunicamos y colaboramos en el área profesional y también en nuestra vida digital.

Esto representa grandes oportunidades para los países y personas que deseen desarrollarse y competir en el siglo XX. Según informes estadísticos y proyecciones laborales de agencias internacionales se necesitarán para 2020 miles de técnicos e ingenieros de software que las universidades y sociedades no podrán proveer.

Un nación con mentalidad estratégica debe considerar esta realidad y aprovechar las ventajas que esto supone. Tenemos la información que desde el gobierno se trabaja un proyecto para garantizar el desarrollo de la industria del software.

Esto se suma a las miles de becas otorgadas por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología para el desarrollo del talento humano en este importante sector. Esto es positivo y merece la pena felicitarlo y alentarlo.

Una sociedad digital sin software es como un cuerpo sin alma. Trabajemos para fomentar el emprendimiento y empleo en sectores de futuro. El software es uno de ellos. Adelante. ¡Ánimo!