El sello de calidad del tabaco lo ha convertido en una "marca país"

El sello de calidad del tabaco lo ha convertido en una «marca país»

El sello de calidad del tabaco lo  ha convertido en una «marca país»

Carlos Fuente y Ciro Caccela narran a un grupo de aficionados sobre la historia de la empresa Arturo Fuente en el país.

SANTO DOMINGO.-Carlos Fuente («Carlitos» como prefieren llamarlo aquellos que lo diferencian de su padre) no deja de sonreír cuando habla de la empresa que a fuerza de mucho tesón se ha convertido en un ícono del tabaco de calidad, del valor agregado a una materia de primera agrícola y los rigurosos estándares en su sistema de producción.

Aunque no los lista como un catálogo, se nota que se siente orgulloso del legado familiar, la armonía entre los empleados de la empresa y el sitial alcanzando por la marca.

Ciro Caccela explica el proceso inicial de la fabricación.

La empresa Arturo Fuente tiene una gama de más de 60 tipos de cigarros, todos elaborados a mano, con un ritual que hace recordar el uso ceremonial que le daban los indígenas al tabaco y que sorprendió a los colonizadores españoles.

«República Dominicana nos acogió cuando mi papá vino con la familia para instalar aquí la fábrica de cigarros. Hoy no solo soy dominicano porque adquirí la nacionalidad dominicana, sino porque me siento parte de este país y de este pueblo», indica Carlitos Fuente mientras conversaba con un grupo de aficionados a los cigarros que visitaba sus instalaciones.

Además, la parte operativa de la empresa la dirige el joven dominicano Ciro Caccela, quien fue reclutado por don Carlos Fuente al mirar en él la pasión y la visión que necesitaba la marca para seguir expandiéndose a escala mundial, complementando así la capacidad creativa de Carlitos Fuente.

Tras la muerte de «Don Carlos», su hijo Carlitos quedó al frente de la empresa y para dedicarle más tiempo a la parte creativa, puso el día a día de la operación sobre los hombros de Caccela, su presidente Ejecutivo.

La mayor fábrica
La fábrica, ubicada en la Zona Franca Industrial de Santiago, es la mayor productora de cigarros hechos a mano del país y los visitantes pudieron observar cómo cada unidad se elabora de manera meticulosa con la combinación indicada de la capa, el capote y la tripa.

Caccela saca a relucir su pasión cuando explica el proceso de producción, cómo se seleccionan las hojas de tabaco y los pasos previos a la elaboración de cada cigarro y de cada una de las marcas.

Las hojas, tratadas con una especie de veneración, son las que se usan como capas, que son las de la parte exterior del cigarro. El capote forma parte de la segunda línea dentro del cigarro y en cierta medida ayuda a la combustión, mientras que la parte más interior y más abundante es la tripa.

Cada una tiene un tratamiento diferente y aunque todas son hojas de la planta de tabaco, son tomadas de lugares distintos del tallo y con sus propias características.

El 90 por ciento de los cigarros que produce la empresa Arturo Fuente va al mercado norteamericano, aunque cada vez se consume más en el mercado dominicano.

Más de 3,000 personas trabajan en Arturo Fuente a nivel local.

En Europa se considera una especie de “excentricidad”.
“El cigarro dominicano ha ganado fama mundial por su calidad, por eso vemos la industria como un todo. Producimos una gran parte del tabaco que usamos, pero también compramos mucho a productores independientes, pero nos cercioramos de que cumplan los estándares de calidad requeridos por el mercado internacional”, explica Caccela.

Ambos hablan del tema con una pasión que parece heredada de los mismos indígenas del Caribe, que tenían esa hora como un producto ceremonial.

En la fábrica se evoca a aquellas que hicieron famosa la elaboración de cigarros en la Cuba de los años 50, con música caribeña ambientando, pero sin que los empleados pierdan la concentración en lo que hacen.
“La gente mantiene su concentración en lo que hace, porque cada producto es único, pero a la vez debe mantener las características propias de cada marca», explica Caccela, quien mientras hace el recorrido saluda a cada trabajador por su nombre.

El cigarro dominicano va camino a convertirse en patrimonio cultural del país, pero desde ya es una «marca país», que en el último año tuvo un crecimiento en sus exportaciones en más de un 30 por ciento, generando unos 1,300 millones de dólares en divisas.

Amplia industria

— Producción
República Dominicana exportó el año pasado unos 350 millones de unidades de cigarros, la mayoría de ellos son cigarros hechos a máquinas, pero los que más valor agregado tienen son los hechos a mano.

Cada detalle cuenta.
En el proceso, no solo es la hoja de tabaco lo necesario. Las cajas en que se empacan son casi obras de arte, diseñadas como artesanías.

En la parte del frente de la fábrica funciona la otra industria: la de las cajas y el celofán en que se envuelve cada unidad.

Cada caja está elaborada con madera noble para que el aroma le agregue ese punto de excentricidad que caracteriza cada cigarro de Arturo Fuente.



El Día

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