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El sargazo: “alarmante y preocupante”, pero también una oportunidad económica

Yanet Féliz Por Yanet Féliz
sargazo
📷 El sargazo se ha convertido un problema para el turismo y también afecta la producción de energía.

Santo Domingo. La reaparición del sargazo o algas pardas en las costas del Caribe es “crítica, alarmante y caótica”. Sin embargo, a nivel local resulta difícil enfrentar el fenómeno sin la participación conjunta de los países afectados y sin acciones puntuales para mitigar su impacto ecológico y económico, especialmente en el turismo.

Alberto Núñez Sellés, catedrático de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y experto en valorización de biomasa, y Andrés Bisonó León, presidente de SOS Carbon y Legatum Fellow del MIT, coinciden en que esta amenaza ambiental puede convertirse en una oportunidad económica.

Ambos señalan que es necesario escalar los esfuerzos hacia un manejo integral del sargazo, ya que la industria actual no tiene capacidad para procesar el enorme volumen que llega a las costas, consecuencia del cambio climático y la contaminación ambiental.

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Bisonó León sostiene que el país cuenta con el potencial para mitigar y aprovechar el sargazo a nivel local, siempre que se involucre a los sectores afectados y el Gobierno ofrezca incentivos fiscales, así como la creación de fideicomisos para desarrollar maquinaria e infraestructura adecuada.

Alberto Núñez.

Un problema regional

“Si el problema del sargazo no se enfrenta de forma sistémica, no se resolverá. Requiere un enfoque integral: recolección, deposición, tratamiento y revalorización de la cadena productiva. Eso implica una inversión significativa. El Estado debe asumir un papel central, y sin una política regional, no habrá avances”, advirtió Núñez Sellés.

Indicó que hasta ahora las respuestas han sido locales, pese a los esfuerzos de la Unión Europea. Anunció que el 24 y 25 de junio se celebrarán reuniones internacionales para abordar el tema como parte de la agenda de Naciones Unidas.

No obstante, Núñez Sellés lamentó la ausencia de acciones concretas: “La situación no resiste más. No es un problema que pueda enfrentarse solo desde lo local”.

Insistió en que se deben crear infraestructuras para tratar el sargazo, cuyo mayor impacto, asegura, es ecológico. Aunque se habla mucho del turismo, considera que ese efecto es relativo. “Hace dos años tuvimos una gran arribazón y aun así rompimos récord de visitantes. El turismo dominicano tiene una reputación e infraestructura que supera esas barreras”, opinó.

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La propagación de sargazo mantiene en vilo a investigadores.

El especialista señaló que el daño más grave es ecológico, con gran cantidad de peces muertos por falta de oxígeno, además del impacto ambiental generalizado.

Asimismo, destacó que el sargazo puede convertirse en materia prima para múltiples productos: biocombustibles, materiales de construcción, papel, calzado y suplementos nutricionales, entre otros. Existen más de 60 usos reportados gracias a su alto contenido de celulosa.

Gestión nacional vs. pérdidas

Bisonó León propone abordar el tema desde dos ángulos: la problemática del volumen y el potencial de aprovechamiento industrial y económico. Esto permitiría generar empleos y crear nuevos productos.

“Debemos ir creando las estructuras mientras las industrias y productos se desarrollan. Es crucial mitigar el impacto ahora”, explicó. Asegura que existen tecnologías validadas, pero que faltan mecanismos para escalar las soluciones.

El ayuntamiento realiza operativos de recogida de sargazo.

Agregó que, aunque se requiere una estrategia regional, cada país debe alinearse internamente para adoptar soluciones. “Ya hay registros de pérdidas de entre 7% y 35% en llegadas de turistas, además de los altos costos de intervención”, alertó.

Desde SOS Carbon ha desarrollado un portafolio de tecnologías y equipos para recolección en el mar y en comunidades costeras, incluyendo barreras en Puerto Rico, República Dominicana, México y Antigua y Barbuda. Han logrado elaborar nueve productos para agricultura, que incrementan la producción, reducen fertilizantes sintéticos y mejoran los cultivos.

Infraestructura y cooperación

Núñez Sellés reiteró la necesidad de contar con una flota de barcazas para la recolección, ya que “las soluciones no son triviales, sino complejas y costosas. Los gobiernos no pueden solos; se necesita cooperación multilateral y fondos de inversión compartidos”.

El Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) ha invertido alrededor de RD$100 millones en proyectos de investigación.

“Las universidades dominicanas trabajan de forma integrada a través de la Red Interuniversitaria de Investigaciones del Sargazo (SARGARD), para ofrecer soluciones científicas y tecnológicas al problema”, subrayó.

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Yanet Féliz

Periodista con amplia experiencia en temas de medio ambiente y ciudadanía.

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