El rumbo incierto de la economía

El rumbo incierto de la economía

El rumbo incierto de la economía

Daris Javier Cuevas, columnista en el periódico El Día.

Durante las tres últimas décadas se había observado en América Latina un dinamismo de la economía y la democracia que bien puede interpretarse como una transición y progreso favorable al esquema democrático y la estabilidad macroeconómica, si se considera que la economia logró una mayor inserción en la economia global y que los regímenes militares y el asalto violento al Poder desaparecieron. Por tales razones, se puede considerar que se está ante la presencia de un gran avance para la región, partiendo de que la democracia es una forma idónea para asegurar el desarrollo humano, la favorabilidad de mayores oportunidades, así como el respeto y la inclusión de las diversidades que cada sociedad presenta.

Desde la óptica económica, se puede considerar que los avances en los indicadores de la democracia han sido muy prósperos al desempeño de la economía y la atracción de capitales foráneos en América Latina. Sin embargo, la democracia en la región, aún resulta insatisfactoria para los requisitos fundamentales, en el entendido de que  la democracia sea más integral, es decir, capaces de garantizar realmente los derechos políticos, civiles, sociales y económicos de la ciudadanía, esto es, los derechos fundamentales.

Las debilidades institucionales y sociales han puesto en serios peligros los avances democráticos de la región y, por ende, los avances económicos y, en particular, la desigualdad, lo cual es el factor que está en el origen de las deficiencias de los Estados latinoamericanos. Se trata de que la persistencia de este malestar incide en los altos niveles de pobreza, aumenta los conflictos sociales, mina la seguridad pública y debilita la calidad institucional.

Hay que resaltar que, desde los inicios del siglo XXI, América Latina reorientó su rumbo, luego del fracaso de las políticas neoliberales de la década de los noventa, cuando se optó por gobiernos progresistas que fueron elegidos por la voluntad del soberano, en gran parte de los países de la región. También es irrefutable que estos gobiernos impulsaron una profunda transformación en la orientación de las políticas públicas, lo cual quedaba evidenciado con los cambios de esta etapa en la región, que no se limitó a que accedieran a la conducción del Estado fuerzas políticas, con profundo contenido popular, y presidentes muy cercanos a la realidad de sus pueblos.

En ese contexto, la característica principal del período fue el contenido de las políticas llevadas adelante, pues resulta que estos gobiernos dieron paso a una nueva era de proyectos políticos recuperando y ampliando el rol del Estado en la conducción del desarrollo económico y social en la incubación de condiciones para una distribución más equitativa de la riqueza. Por igual, estuvo en la agenda gubernamental la defensa de la autonomía de decisión nacional y la prioridad dada a la integración regional como características comunes a estos procesos.

A pesar de los avances y el progreso alcanzado en Latinoamérica; de manera sorprendente, en varios países de la región se produjo un giro hacia el conservadorismo, lo cual frenó los adelantos logrados, durante la primera década del presente siglo XXI, en materia de desarrollo económico, distribución de la riqueza y derechos sociales de las mayorías ciudadanas. Este brusco cambio de rumbo conduce a una reflexión profunda e integral sobre la nueva coyuntura regional en la que resaltan varios factores como los cambios en el entorno geopolítico global, ralentización frecuente en la economía, presencia brutal de la pandemia, incursión de hombres de negocios en el manejo de las cosas públicas con criterios neoliberales camuflados de alianza público privado, capaces de quebrar las normas constitucionales en cada país.

El panorama económico y político cada vez muestra señales fehacientes de una nebulosa gris y poco alentadora que tiende a complicarse cada vez más, la crisis económica se profundiza, lo que explica el desplazamiento del poder de los modelos conservadores que ven reducido sus espacios en las instancias del Estado. Los niveles de riesgos económicos se acrecientan con la ya inocultable recesión de la economia de USA, conclusión que se deriva del incremento de la tasa de política de referencia en tres cuarto de punto, 0.75%, cuya finalidad es frenar la elevada presión inflacionaria de 9,1%, aunque el costo de los préstamos se espera que alcance un 3,4%, desastroso para la economía.



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD

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