El principio de este año 2019 es auspicioso. El papa Francisco hizo llegar sus bendiciones y preocupaciones al mundo con el fin de que haya mayor armonía entre los pueblos y los ciudadanos.

El hecho de que República Dominicana forme parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas resulta relevante; y su trascendental importancia va a depender de lo que haga o deje de hacer el país en ese foro durante el año 2019-2020, periodo en que ostentará esa posición. En adición presidirá el organismo durante este mes de enero.

El país, con el apoyo de 184 de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas, compartirá responsabilidades con Alemania, Bélgica, Sudáfrica e Indonesia.

Desde esta posición República Dominicana deberá predicar con el ejemplo. De manera firme y con decisión. No con discursos. De manera que las autoridades se comprometen, desde hoy, a promover la defensa de los derechos humanos, a garantizar la seguridad humana, y adoptar acciones en beneficio de la juventud y las mujeres. Son flancos nacionales en los que todavía no exhibimos grandes logros.
Un botón sería suficiente: no hay trabajo garantizado para esa juventud que busca, desesperadamente, un primer empleo, luego de graduarse como profesional en una universidad. El foco de la comunidad internacional está sobre el país. Asumamos el reto al nivel en que nos han colocado.