Hong Kong tiene un régimen impositivo simple: las empresas pagan un máximo de 16,5 por ciento sobre las ganancias, los empleados pagan el 15 por ciento sobre los salarios y la ciudad no grava las ventas ni los aumentos de capital.

El nivel más alto del impuesto a los ingresos de las empresas es en Singapur de 17 por ciento. El impuesto al valor agregado, que en Singapur se conoce como impuesto a productos y servicios, es de 7 por ciento.

En Shanghái y Pekín, el IVA es por lo general de 17%, mientras que las compañías registradas en el ámbito local pagan 25 por ciento.