El receso del año escolar en todo el país por motivo de las fiestas de Navidad y Año Nuevo es una realidad a partir de mañana, cuando según el Ministerio de Educación cesa la docencia hasta el día 7 de enero, miércoles, un día después de los Santos Reyes.
La realidad es que estamos ante un extendido período de vacaciones colectivas en Educación que concluyen con la vuelta masiva a las escuelas, de estudiantes y profesores, el día 12.
Como es sabido, el período que inicia con el próximo fin de semana puede llevar al olvido, al debilitamiento de la memoria o a la morigeración de los impulsos de mucha gente.
Uno de los bríos que no deben menguar son los que han llevado en el Ministerio de Educación al apaciguamiento de las protestas en comunidades como Boca Chica, donde fue establecida una tregua en los reclamos por arreglo de escuelas en mal estado.
Igual en comunidades del Cibao, en las que afloraron inquietudes desde antes del inicio del año escolar, por el estado de los planteles, en unos casos, y en otros la necesidad de terminación de algunos con hasta diez años en manos de contratistas.
Lo común a principio de año es el descontento que sigue al período festivo, que a unos deja con los bolsillos vacíos y a otros, particularmente a los marcados por alguna filiación política, con la necesidad de darle salida a la sensación de estar fuera de lugar en que diciembre deja a todos.
El conflicto con las comunidades y las seccionales de la Asociación Dominicana de Profesores no es el único motivo de potenciales conflictos en el próximo tramo del año escolar.
La retardada aplicación de evaluación de desempeño, eventual fuente de mejoramiento de los ingresos para los docentes, también lo es.
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