El béisbol ha cambiado en toda su estructura. El impacto en el terreno no lo han creado los profesionales de este deporte, sino que son una gran cantidad de ingenieros, profesionales que aplican principios científicos y matemáticos para revolucionar el juego.
Estos profesionales, algunos con experiencia en la Nasa, trajeron la sabermetría para analizar el juego, a través de estadísticas, que miden de manera eficaz las actividades que se suscitan dentro del campo.
Pero el juego no solo ha sido impactado por los ingenieros y su sabermetría, sino que también los psicólogos han realizado sus aportes, sobresaliendo el dominicano Andy Núñez, quien se ha destacado ayudando a los Astros de Houston a ser de las mejores en las Mayores.
Recuerden que los Astros son las organizaciones más beneficiadas del uso de la sabermetría con la llegada del gerente general Jeff Luhnow, en diciembre de 2011, cuando los Astros eran el peor equipo de béisbol. Se mantuvo con ellos hasta que explotó el escándalo por el robo de señas en la Serie Mundial de 2017. La MLB suspendió a Jeff Luhnow y al mánager A. J. Hinch por la temporada de 2020.
Luhnow vio la importancia del psicólogo dominicano Núñez, quien en principio solo trabajaba con los empleados de oficina, y lo llevó para las operaciones de béisbol.
El desempeño de Núñez se dejó sentir de inmediato en los jugadores jóvenes latinos, que son los que más situaciones mentales atraviesan, quienes se perdían aún teniendo talentos extraordinarios.
Núñez creó un programa clínico, que generó un impacto tremendo al graduar en poco tiempo a 15 jugadores latinos a las Grandes Ligas.
No es casual que los Astros apoyen sus éxitos en los jugadores latinos, llegando a cuatro de las cinco Series Mundiales, incluyendo dos seguidas. En ese equipo sobresalen los venezolanos José Altuve y Luis García; José Urquidy, mexicano; los cubanos Yordan Álvarez y Yuli Gurriel; el boricua Martín Maldonado y los dominicanos Framber Valdez, Bryan Abreu, Cristian Javier, Rafael Montero, Héctor Neris y Jeremy Peña.