Justo como estaba previsto, todo comenzó a las 7 y media de la noche en el patio interior del Museo de la Casas Reales.
Desfilaron todos los jazzómanos y jazzómanas habidos y por haber.
Poco a poco el pequeño patio español del Museo De Las Casas Reales se llenaba de personas ávidas de recibir una gran sorpresa.
Los productores de Jazzomanía, habían hecho una propaganda voraz, contenida en principio, porque en el lugar oficial donde se celebraría el evento, la dispensa de acción no había sido aprobada.
Finalmente, el Ministerio de Cultura aprobó el uso del local. Un video de pelícanos que volaban sobre notas de colores de pianos, más el saxo de Charlie Parker, era la banda sonora.
Todo estaba listo a las 7 y media de la noche. Carlos Francisco Elías y Tony Domínguez lucían sus camisetas aniversarios de los 25 años, la boda de plata de jazzomanía con el jazz y su público..
Fue una noche de grandes emociones sonoras.
Se proyectó un video de una hora y 35 minutos justo, contra toda apuesta, el público mixto, ellos y ellas, estaban contentos y disfrutando un video histórico de jazz preparado los productores de Jazzomanía.
Su contenido era un pedazo de historia arrancada a los archivos visuales de las redes. Mientras desfilaban modas voces e instrumentos, la gente suspiraba con las pupilas arrobadas en toda la extensión de la luz que arrojaba la pantalla.
Los Pioneros, allí se exhibía la música nacida en New Orleans, con sus marchas y sus regresos a la vida, cuando los santos ya habían marchado. El Mississippi largo y gris a todo lo ancho también era un protagonista privilegiado de aquella historia y aventura. Ragtime, tiempo rasgado de piano, Scott Joplin, King Oliver. Jerry Roll Morton y Louis Armstrong, marcaban la pauta inicial.
Esa noche de grandes momentos del jazz en Video, fue un evento inesperado justamente en la parte de Grupos vocales y vocalistas femeninas.
Estaban las pioneras y desconocidas, seguidas de Ella Fiztgerald, Sara Vaughan Betty Carter, se notaría la terrible ausencia de Carmen Mc Rae, pero todo seguía hasta llegar al grito pleno de libertad de Nina Simone.
Pelos de punta, el público electrizado se levantaría del asiento y aplaudiría como si Nina Simone, estaba frente a ellos.
El Jazz entonces, es libertad. Los títulos finales sobre una Nina Simone dramática golpeando el piano, entre aplausos del video y el propio público. El Jazz es libertad, esta frase ponía fin al video, escrita en inglés, alemán, italiano, francés y español.
El Patio español del Museo de Las Casas Reales, se había llenado de júbilo y voces de un público satisfecho con lo que ´había visto : un documento cargado de sentimiento e historia, como solo puedo darlo el Jazz, revisitado en su mejor dimensión..( CFE )