El primer nombramiento episcopal del papa León XIV fue un obispo auxiliar en Perú

Ciudad del Vaticano. – El Papa León XIV, nacido en Estados Unidos pero nacionalizado peruano, ha realizado el primer nombramiento episcopal de su pontificado, designando como obispo auxiliar de la diócesis del Callao (Perú) al reverendo Miguel Ángel Contreras Llajaruna, S.M., actual vicario episcopal para la vida consagrada en esa diócesis y superior del distrito América del Sur de los Padres Maristas.

El nuevo prelado recibe además la sede titular de Babra, un título episcopal histórico asignado a obispos auxiliares.

La decisión tiene una fuerte carga simbólica, ya que el Pontífice conoce de cerca la realidad eclesial del Perú, país en el que sirvió durante varios años como obispo en la ciudad de Chiclayo, antes de su nombramiento como prefecto del Dicasterio para los Obispos y, posteriormente, su elección como Sucesor de Pedro. León XIV, nacido en Chicago, Estados Unidos, ha demostrado una profunda conexión con el clero latinoamericano y con las comunidades religiosas que trabajan en sectores populares.

Perfil del nuevo obispo auxiliar

Mons. Miguel Ángel Contreras Llajaruna, S.M., nació el 5 de julio de 1979 en Cajabamba, Cajamarca. Ingresó en el seminario de los Padres Maristas en Sullana (Piura), y cursó estudios de Filosofía en el Instituto Superior de Estudios Teológicos Juan XXIII de Lima, así como de Teología en el Instituto Teológico Salesiano Cristo Resucitado de Guadalajara (México).

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Posteriormente, obtuvo la Licenciatura en Sagrada Escritura en la Faculdade Jesuíta de Filosofia e Teologia de Belo Horizonte (Brasil) y un Máster en Gestión y Dirección Educativa en la Universidad Marcelino Champagnat de Lima.

Una Iglesia con rostro latinoamericano

Este primer nombramiento del Papa León XIV confirma su interés por América Latina, y especialmente con aquellos sectores en los que la fe se expresa a través del servicio educativo, la misión territorial y la cercanía con los más vulnerables.

Desde su elección, León XIV ha expresado la necesidad de que la Iglesia responda a los nuevos desafíos culturales y tecnológicos sin perder su arraigo en las realidades concretas de los pueblos