Recientemente el Gobierno depositó ante el Congreso Nacional el proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado para 2025, que contempla gastos por RD$1,484,234.6 millones; y en términos de ingresos, el Gobierno estima que estos asciendan a RD$1,241,364.7 millones, representando el 15.3 % del producto interno bruto (PIB).
En este presupuesto, según la Dirección General de Presupuesto, se incorpora la Ley núm. 35-24 de Responsabilidad Fiscal en las Instituciones Estatales y la propuesta de reestructuración y racionalización de la Administración pública (eliminación y fusiones de instituciones y ministerios).
Por otra parte, el presupuesto de 2025 estima necesidades bruta de financiamiento por un monto de RD$361,387.4 millones, que representan el 4.4 % del PIB.
El monto está compuesto por: requerimientos de financiación del déficit global estimado en RD$253,689.2 millones (3.1 % del PIB) y aplicaciones financieras (amortización de deudas) por RD$107,698.2 millones (1.3 % del PIB).
En lo que respecta a la propuesta de fusiones de ministerios, que de manera eufemística se le llama “reestructuración y racionalización de la Administración pública”, el presupuesto de 2025 contempla la fusión de los Ministerios de Educación y el de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, con una asignación global del 4.10 % del PIB.
Hay otros ministerios que se fusionaran como son: los Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, y el de Hacienda y Crédito Público.
Se insiste con ese propósito a pesar de las advertencias de expertos educadores (as), pasados ministros (as), economistas, sociólogos, entre otros. Son varias las interrogantes alrededor de esas fusiones: ¿se logrará realmente un ahorro de alrededor de RD25 mil millones, tal y como lo ha estimado el Gobierno?
Otras interrogantes que surgen: ¿dónde están los estudios técnicos que avalen esas fusiones y las estimaciones que avalen los niveles de eficiencia que se alcanzarían? ¿Qué ocurrirá con las políticas públicas territoriales que articulaba el MEPyD? ¿Qué pasaría con el Sistema Nacional de Planificación del país?
Son muchas más las interrogantes que surgen al respecto, pero sólo nos resta esperar que el futuro nos saque de esas dudas.