Moscú.- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ofreció ayer a los mercenarios del Grupo Wagner que se sublevaron el fin de semana contra la cúpula militar que se unan al Ejército regular del país o se marchen a Bielorrusia junto a su líder, Yevgueni Prigozhin.
“Hoy tienen la oportunidad de continuar sirviendo a Rusia al firmar un contrato con el Ministerio de Defensa (…), regresar con su familia y amigos. O los que quieran pueden ir a Bielorrusia”, indicó el mandatario en un discurso a la nación televisado.
El jefe del Kremlin aseguró que “cumplirá su promesa” de que los mercenarios que se sublevaron no serán perseguidos penalmente, en el marco del acuerdo alcanzado con Prigozhin el sábado bajo la mediación del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, y después de que el jefe de los Wagner ordenara el regreso de sus hombres a sus bases antes de que llegaran a la capital rusa.
A cambio se le dieron garantías de que no sería juzgado por organización de rebelión armada, un cargo por el que podría haber sido condenado hasta a 20 años de prisión.
Apoyo con armas
En tanto, las Fuerzas Armadas de Ucrania pidieron ayer a sus socios que aceleren el envío de armas para aprovechar las tensiones provocadas por la rebelión del grupo Wagner en las estructuras de poder rusas.
Aunque el motín de Wagner no parece haber cambiado la dinámica en los teatros de operaciones, la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, informó ayer de nuevos avances “de entre uno y dos kilómetros” en los alrededor de la ciudad de Bajmut, en la provincia de Donetsk.
También en Donetsk, pero tocando ya a la región vecina de Zaporiyia, las tropas ucranianas recuperaron la localidad de Rivnopil, según la viceministra.
Además, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, agradeció ayer al primer ministro australiano, Anthony Albanese, la aprobación de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 75 millones de dólares.