MADRID.-El conservador Partido Popular (PP) arrasó en los comicios locales y regionales del domingo en España con un 10% más que los socialistas, en un contexto de crisis económica que penalizó la formación en el gobierno y mientras miles de personas piden en la calle una democracia «real».
Con el 100% de los resultados escrutados, el PP se hizo con el 37,53% de los votos, frente a un 27,79% el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con una participación del 67%. Se trata de una diferencia del 10% (más de dos millones de votos) frente al resultado casi igualado que ambos habían obtenido en las anteriores elecciones locales y regionales, en 2007.
«El PP «barre» a los socialistas con una «victoria aplastante» y un «tsunami» que «ahoga al PSOE», según el diario El País, que señala que «este desastre sin precedentes aboca al PSOE a una grave crisis». Tambiém de «tsunami» habla El Mundo, que titula «España exige el cambio».
La victoria del PP es un «pistoletazo de salida para la mayoría absoluta en 2012», vaticina ABC, que titula que «la España real fulmina al PSOE y exige generales ya». Lejos queda la segunda victoria del actual presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en las elecciones generales de 2008 por segunda vez.
Zapatero admitió el domingo la derrota: «Era razonable esperar que el PSOE recibiese hoy un castigo en las urnas», «estos resultados tienen una clarísima relación con los efectos de la crisis económica», admitió, pero descartó convocar elecciones adelantadas, como le pidió de nuevo el PP.
Para el analista político José María Ridao, «no es la crisis la que ha producido esto, sino la gestión de la crisis» por parte del ejecutivo socialista.
Zapatero ha fomentado «el voto del miedo» advirtiendo el riesgo de que gane la derecha y además gestionó el primer momento de la crisis con medidas populistas consistentes en incrementar el gasto en cheques-bebé, devolución de impuestos o un plan de obras públicas, antes de decidir drásticos recortes desde el año pasado.
El resultado fue que «él desmoviliza a su electorado y moviliza completamente el electorado opuesto», del PP, cuya principal pretensión es «expulsar a Zapatero». El PSOE ha perdido cuatro regiones (Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha y Baleares) y se espera que el año que viene pierda Andalucía, por lo que sólo gobernaría en la región de Extremadura y en coalición, al igual que en el País Vasco, donde no hubo elecciones.
Además no gobernaría en ninguna de las cuatro mayores ciudades españolas, ya que perdió su feudo catalán, Barcelona, en beneficio de los nacionalistas conservadores de CiU y Sevilla, donde ganó el PP por mayoría absoluta. Por su parte, el PP gobernará ahora 13 de las 17 regiones españolas y se espera que el próximo año sume Andalucía.
Los conservadores ganaron por primera vez desde la vuelta de la democracia en varios feudos socialistas, y además con mayoría absoluta: Castilla-La Mancha y la ciudad de Sevilla, entre otras, y mantuvo mayorías absolutas en sus grandes bastiones: Madrid y Valencia (ciudades y regiones).
El PP superaba al PSOE en los sondeos de intención de voto desde mediados de 2009, cuando una crisis económica empezó a pasar factura al gobierno de Zapatero, sumió al país en recesión durante dos años y de la que intenta salir con dificultades.
Pero el desempleo, que se disparó del 8% anterior a la crisis a más del 21%, un récord en la Unión Europea (UE), sigue subiendo. Sin embargo, parece que no ha influido en los comicios el movimiento 15-M de protesta que sacó a miles de personas a la calle desde hace una semana reclamando una «democracia real» y que sólo el viernes congregó a 60.000 personas en toda España al grito de «No nos representan».
Los manifestantes piden una democracia más participativa, denuncian que la ley electoral española favorece el bipartidismo y reclaman un sistema político y ecomómico más justo, limpio de corrupción y que no se gobierne al dictado de los mercados financieros.