El poder insondable

El poder insondable

El poder insondable

El ejercicio del poder a veces conduce a decisiones insondables que requieren el paso del tiempo para entenderlas en la posteridad.

Dentro de los cambios hechos recientemente en la burocracia estatal por el presidente Danilo Medina, hay uno que pasó desapercibido, aunque despierta muchas interrogantes.

Se trata de la remoción de su cuñado Edgar Mejía Butén, viceministro de Minas, esposo de la hermana del gobernante Lucía Medina, diputada por San Juan.

El decreto que reemplaza a Mejía por Lisandro Lembert dice que el primero es renunciante. Otras documentaciones intragubernamentales afirman que fue destituido.

Sea cual fuere la causa de su salida del Gobierno, las preguntas –aunque sean retóricas- se disparan a borbotones, porque el hecho coincide con el maremágnum desatado en torno a la solicitud de concesión de explotación de una mina en la provincia San Juan.

Mejía Butén es sanjuanero y habita en el cobijo familiar del Presidente. Se supone que, por sus funciones, alguna posición tuvo acerca del proyecto Romero.

Es un hombre de perfil bajo, que nunca ha hablado en público de minería y hasta se desconoce su experiencia en la materia, si es que la tiene. No estuvo presente en la rueda de prensa en que se anunció la solicitud de concesión a Gold Quest.

Probablemente Mejía Butén es un adversario de la mina. Luce que sí, porque de lo contrario su esposa habría tenido cuidado con la objeción pública que lanzó al proyecto.

Quizás la mina de San Juan será el 27 de febrero una nueva puesta en escena épica de Danilo y no querrá herir a su familia con una perorata urticante sobre la minería en su provincia. ¡Cosas veredes o cosas tenedes!



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