SANTO DOMINGO.-Ronald Guillén saltó a las redes sociales a partir de un vídeo que le mandó a uno de sus “compa” contándole de una de las primeras acciones de poder realizadas tras la entrega de la Alcaldía de Puerto Plata a su partido, el Revolucionario Moderno

Le habían quitado la yipeta al alcalde saliente y el que conducía el vehículo todo terreno decía: “esto es poder…”, y Guillén comentaba: “el poder es de nosotros ya, compa, pa que nos respeten”. Sin proponérselo, habían definido el poder en los términos más prácticos posibles.
Los académicos y los ensayistas se rompen la cabeza en los esfuerzos por definirlo, pero para el político llano eso es basura.

El poder es manejar presupuesto, una suscripción a la nómina pública, la oportunidad de hacer negocios así sea desde una de las mangas de la camisa del Estado y ser depositario siquiera de un chin de autoridad para que lo respeten. Con cualquiera de estos elementos a su alcance hacen un mundo bastante holgado.

En el plano de las Constitución los poderes tienen un orden: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. En el plano de la política práctica el orden y la cantidad son otros: Ejecutivo, Legislativo, municipal y Judicial. A los tres primeros se accede por elección popular sobre la base de méritos comunes establecidos por la Carta Sustantiva en los artículos 21 al 24, 39, 45, 47, 48 y 74; al último de estos poderes se accede por elección indirecta y méritos académicos, profesionales y morales. Por su condición de árbitro, el Poder Judicial suele estar sometido a descrédito.

Distribución
El año 2020 es un año electoral y ya los dominicanos han tenido el 24 de abril la jura de funcionarios elegidos el 15 de marzo, culminación de un accidentado primer certamen en el que fueron escogidos alcaldes, regidores, directores y vocales, todos del nivel municipal.
El 17 de mayo debió de haber elecciones, pero fueron pospuestas para el 5 de julio, cuando deberán ser escogidos presidente, vicepresidente y los legisladores.

De las elecciones de marzo, en las que fueron elegidos gobiernos locales de 158 municipios y 235 distritos municipales, el PRM ganó 82 alcaldías y 100 distritos municipales. Desde el punto de vista de Ronald Guillén, este partido tiene poder en 182 puntos del país, y es así desde el punto de vista material, que les concierne a los políticos prácticos, y desde el punto de vista administrativo, que le concierne al Estado.

Su competidor principal por el poder, el Partido Liberación Dominicana, alcanzó primacía en 64 alcaldías y 135 distritos municipales, 164 comunidades en las que administrará presupuesto, empleos y negocios, como los otros partidos en los que tienen el control.

Pero todavía quedan dos sectores del poder de elección directa que deberán de ser definidos el día 5 de julio, o un poco después en el plano presidencial, si ningún candidato alcanza el 50% de los votos. Es la elección de los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Aspiración
Si el partido que gana la Presidencia y la Vicepresidencia también gana el Senado y la Cámara de Diputados, el efecto es el de entregarle el poder de administrar (que es la autorización para sentarse sobre el Presupuesto Nacional y hacer con él lo que le parezca) y el de hacer leyes y resoluciones sin ningún tipo de freno ni contrapeso.

Desde el punto de vista práctico el poder municipal aporta soluciones partidarias, pero desde el punto de vista formal no existe y tiende a ser anulado por el Poder Ejecutivo, que maneja los grandes cheques, la fuerza y los recursos materiales.

Desde el punto de vista de los partidos políticos y sus dirigentes, esta es la aspiración, para poder sentarse en una oficina y decirle a un íntimo como Ronald Guillén: “el poder es de nosotros ya, compa, pa que nos respeten”.

Puesto en los zapatos del pueblo dominicano, lo conveniente es que un partido gane la Presidencia de la República y varios se repartan posiciones en el Congreso Nacional. De esta manera ninguno puede ver desde el Gobierno Central un Congreso puesto para cumplir formalidades. Pero la política no es un espacio para idealistas y librepensadores.

Es un mundo de gente práctica dispuesta a darle a cada estrato del pueblo dominicano así sea una parte de lo que espera del Estado: una ración, una botella, un provento o un gran negocio.

A otro nivel
Antes del 16 de agosto no sólo se decidirá a qué partido se le entrega la Presidencia y a cuál el Congreso Nacional. Es bastante probable que también sea decidida una posición en la Suprema Corte de Justicia, que puede ser ratificada; una en el Tribunal Constitucional y el Defensor del Pueblo completo.

En la Suprema Corte de Justicia hay un juez, Francisco Ortega, al que se le cumplió el tiempo por el que fue elegido, y aunque nada impide que sea dejado para las nuevas autoridades, estas o aquellas pueden ratificarlo para otro período o sustituirlo.

El presidente del Tribunal Constitucional no puede ser ratificado en el puesto en vista de que el párrafo del artículo 187 de la Constitución de la República lo impide: “Los jueces de este tribunal serán designados por un único período de nueve años”. (…)”. Milton Ray Guevara asumió el 28 de diciembre de 2010.

El Defensor del Pueblo y sus adjuntos son designados, según el artículo 192 de Constitución, por seis años. Zoila Martínez Guante, y el equipo que compone este órgano, fue juramentada el día 29 de mayo de 2013.

El artículo 275 de la Constitución señala que los miembros de los órganos constitucionales permanecerán en el cargo hasta la toma de posesión de quienes hayan sido designados para sustituirlos.

En este nivel del poder también están los miembros de la Junta Monetaria, escogidos y designados por política de otro nivel, la Cámara de Cuentas, la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior Electoral, pero estos serán materia de atención de las autoridades que deben instalarse el 16 de agosto.

— Elecciones en julio
Centrada en burlar el toque de queda y el distanciamiento social, la población no le ha tomado la medida al drama político que amenaza al pueblo dominicano si no hay autoridades electas antes del 16 de agosto.

Un error de diseño hace del presidente un rey
Abrumador. El diseño del poder en la Carta de 2010 tiene algunos detalles que se prestan para un análisis aparte, pero bástenles a estas notas, las siguientes palabras: el Presidente de la República es como un rey con poder sobre todos.

Por una parte, en la base de la sociedad y un poco más arriba, se alcanza a ver poderes difusos con los que a veces puede transarse el ciudadano común en un trato de tú a tú, porque en definitiva el poder es un espejo roto al que la ley se empeña en darle compostura. De todos modos, cada pedacito del cristal es un espejo.

Y la ley compone, ciertamente, pero en forma de pirámide y sienta en la cúspide al supremo, frente al que todo tiende a arreglarse.

La elección del Poder Legislativo es la única oportunidad de escapársele al Presidente. El Poder Judicial está en sus manos.