El Poder Ejecutivo con rostro de mujer

El Poder Ejecutivo con rostro de mujer

El Poder Ejecutivo con rostro de mujer

No surgió de la nada la expresión de que la mitad de la población dominicana está conformada por mujeres y el otro 50 por ciento viene a la vida a través de las mujeres.

Esto ya está confirmado estadísticamente.

Ello retrata en cuerpo y alma el papel preponderante de la mujer en la sociedad, pese a que históricamente un alto porcentaje ha vivido algún tipo de discriminación por un hombre o frente al hombre.

En el caso de la República Dominicana y particularmente en la política, el deporte y muchas otras áreas la mujer ha ido ganando el espacio que le corresponde, con méritos propios, como lo comprueba el hecho de que más de la mitad de las medallas conquistadas por la delegación nacional en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, fueron obtenidas por las féminas.

En la política, todavía suscita una alta tasa de indiferencia en el reconocimiento, pero sobre todo en el paso decidido de muchas de nosotras a apoyar de manera firme, a una ciudadana para que dirija el Poder Ejecutivo, aunque de los tres poderes del Estado en su esencia y en una democracia pura, que no es el caso nuestro, este es el poder más débil.

Sin embargo, hemos tenido mujeres dirigiendo ambas cámaras legislativas, y esto se contrapone en la realidad nuestra o en el modelo de democracia que se ejerce en nuestro país, en donde quien ejerce el mayor poder es el Ejecutivo, por esta razón es que suscita la poca tendencia a que el Poder Ejecutivo sea dirigido por una mujer.

Asimismo, debo decirle a mi país que los tiempos están cambiando, por mi experiencia propia, quienes vinieron a visitarme y pedirme que les permitiera inscribir mi candidatura a la presidencia por el Partido de la Liberación, fue un grupo de trabajadores de diferentes ramas económicas del país; y el hecho de que sean hombres, y no las mujeres, reafirma el inicio de una era en que el papel de la mujer en la sociedad comienza a ser reconocido en su justa dimensión.

Por otro lado, la mujer ha irrumpido con mucha fuerza en los deportes y una muestra inocultable es la dignidad y el decoro con que nos están representando nuestras “Reinas del Caribe”, estas muchachas del voleibol, que han colocado el nombre de República Dominicana en el top 12 del “ranking” mundial.

Cabe destacar, que la presencia de la mujer se está haciendo sentir en disciplinas que antes estaban reservados para los hombres, como la halterofilia, el boxeo, el judo, la lucha olímpica, el baloncesto, entre otros.

La mujer también incursiona con éxito en la crónica deportiva, aunque en su mayoría se han acogido al formato tradicional de resaltar los deportes y eventos dominados por los hombres, como las Grandes Ligas y la NBA, entre otros.

En este ámbito debemos seguir avanzando, pero el solo hecho de ganar espacios dentro de la crónica deportiva reafirma el criterio de que la mujer se ha empoderado y está haciendo honor a lo que indican las estadísticas, de que son la mitad de la población y madre de la otra mitad.

Reconocer en su justa dimensión el papel de la mujer en el deporte de la República Dominicana.
Con su decisión de llevar a cabo una profunda transformación en el pensamiento colectivo de nuestro país, en torno a dejar atrás la errada creencia de que las capacidades están en nuestro aspecto físico o más bien fuera del cerebro, nos puede llevar a la conclusión de un significativo, oportuno y necesario aporte a la sociedad, de que denominemos 2020 la política con cara de mujer, que digamos con firmeza, porque solo la firmeza de carácter le da paso al reconocimiento de lo que es diferente a uno mismo: “llegó la hora de la verdadera igualdad de derechos”.

Exhorto a mi género a que se animen y reconozcan el lugar que, a fuerza de trabajo, nos hemos ganado las mujeres.
¡El tiempo de la mujer es el tiempo de Dios!

*Por Maritza Hernández



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