“Para 2050, los océanos del mundo contendrán más plástico que peces”, ha advertido el reputado médico osteopático y activista de la salud, escritor, empresario e investigador de Estados Unidos, doctor Joseph Mercola.
Y algo peor, se ha demostrado, según este investigador, que los microplásticos son causantes de cáncer de colon, enfermedades intestinales, altera el microbioma y causa toxicidad hepática, además de que contamina el agua potable y los suelos de cultivo.
Mercola, en un reciente artículo publicado en su boletín digital especializado, estimó en esa misma línea, que “la descarga anual de plásticos en la tierra es entre 4 y 23 veces mayor que en los océanos”. Con todo lo que eso implica para la salud de la humanidad.
“A nivel mundial se prevé que las filtraciones de plástico en el medio ambiente se duplicarán hasta sumar 44 millones de toneladas al año y que la acumulación de plástico en lagos, ríos y océano se triplicará, al dispararse de 353 millones de toneladas en 2019 a 1.014 en 2060”, precisan organizaciones especializadas.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala –en tanto-que “en sólo dos décadas, la producción anual de residuos plásticos en todo el mundo se ha duplicado, pasando de 180 millones a más de 350 millones de toneladas”, reseña en la revista digital Statista la periodista especializada en datos (Data Journalist) María Florencia Melo en su artículo “El mundo está inundado de residuos de plásticos”.
Según advierte esta organización, “la cantidad de residuos plásticos generados en todo el mundo se triplicará de aquí a 2060 y solo se reciclará una quinta parte”.
En el informe titulado Perspectivas mundiales del plástico: escenarios de política a 2060 (Global Plastics Outlook: Policy Scenarios to 2060) la OCDE precisa que, “para luchar contra este tipo de contaminación, el organismo con sede en París plantea adoptar medidas radicales para frenar la demanda, aumentar la vida útil de los productos y mejorar la gestión de los residuos y la capacidad de reciclaje”.
Estima que en esa fecha (2060) casi dos tercios de los residuos plásticos provendrán de productos de corta duración, como envases, artículos de bajo coste y textiles.
La situación, aunque complace a los partidarios del uso de este material, es motivo de preocupación a nivel mundial, no sólo entre los defensores del medio ambiente sino, además, entre reputados activistas de la salud.
Niveles desbordantes y reacciones
La contaminación por el uso del plástico ha llegado a niveles desbordantes, dando lugar a una reacción global frente al problema. “Más de 100 países prohíben total o parcialmente las bolsas de plástico de un solo uso”, indica la especialista Florencia Melo.
Agrega que “gran parte de estos residuos no se gestionan adecuadamente”. “En todo el mundo, casi una cuarta parte (22%) acaba en vertederos abiertos o en la naturaleza. Sólo el 9% se recicla, mientras que el resto (69%) se incinera o entierra”.
Sostiene la experta en datos, que: “En los últimos años, la creciente concienciación sobre la magnitud y los peligros de la contaminación por plásticos ha allanado el camino para una mayor intervención política”. Precisa que “entre 2010 y 2019, el número de políticas públicas destinadas a eliminarlas gradualmente se triplicó”.
“El mundo está inundado de residuos de plástico”, insiste la experta en la infografía que usa para detallar la producción de este material en millones de toneladas cada año.
Los sectores en diferentes países han comenzado a reaccionar. Florencia Melo atribuye a Euronews revelar que “más de 100 países prohíben ya total o parcialmente las bolsas de plástico de un solo uso, y muchos está prohibiendo también otros artículos de plástico desechables (cubiertos, varillas para mezclar, etc.)”.
Destaca que como “los envases representan casi el 40% del peso total de los residuos plásticos generados en el mundo, su reducción y reciclado es una prioridad en la lucha contra la contaminación por este material”.
RD reacciona lentamente
En el país, en tanto, ha sido lenta la reacción de los diferentes sectores frente al serio problema de contaminación por plástico en el territorio nacional, especialmente en los ríos, arroyos, cañadas y en nuestros mares. Mientras tanto, el mal avanza a niveles que se observa sin reparos un creciente deterioro medioambiental que ha puesto en jaque incluso a nuestra industria turística.
La prensa nacional recoge cada cierto tiempo declaraciones de ambientalistas advirtiendo sobre el creciente problema, mientras otros realizan tímidos operativo que tienen la virtud de llamar la atención a la sociedad para que tome conciencia, en el sentido de que el mal está entre nosotros.
¿Quién no conoce el documental “Isla de plástico” del joven director de cine, guionista y productor dominicano, José María Cabral, el cual causó gran impacto en la sociedad dominicana, pero que no ha podido incidir lo suficiente como para despertar la conciencia y motivar políticas públicas por parte de las autoridades ante la magnitud del problema?
No trascienden políticas públicas y ni siquiera se ha aprobado como en otros muchos países, una ley de control y uso del plástico dirigido a evitar el agravamiento del mal y que siga siendo una fuente alarmante de contaminación de nuestro medio ambiente insular.
“Cada día esta tendencia a nivel mundial va en aumento (el de aprobar leyes de control de uso) y en algún momento llegará a República Dominicana a través de una ley, como en otros países. ¿Está la industria local preparada para sobrevivir?”, indica en un extenso trabajo sobre “La sustitución del plástico de un solo uso en la industria dominicana” que publicó la revista digital “Contacto”.
Microplástico en agua embotellada ¡alarmante!
En un reciente artículo que titula “Investigadores encontraron microplásticos en muestras fecales”, el doctor Mercola realiza preocupantes puntualizaciones sobre como este material está incidiendo en los problemas de salud de los seres humanos.
“Hace poco se confirmó la sospecha de que consumimos nuestra propia contaminación plástica, cuando los investigadores descubrieron partículas microplásticas en muestras de heces humanas”, expresa Mercola en su trabajo.
Apuntó que: “Las pruebas han revelado que tanto el agua de la llave como el agua embotellada contiene microplásticos, al igual que el polvo del hogar y muchos alimentos, en especial los mariscos y la sal de mar, pero también cualquier alimento que se haya almacenado en envases de plástico”.
Sostuvo que “las consecuencias de consumir partículas y fragmentos de plástico microscópicos aún son relativamente desconocidas”, pero que, sin embargo, “si se considera que el plástico no se degradará en el lapso de una vida humana, y que muchas de las sustancias químicas que se utiliza en su producción son sustancias disruptoras endocrinas, es probable que el impacto en la salud humana sea mayor de lo que se cree”.
Precisó que una investigación realizada con animales también ha demostrado que los microplásticos pueden afectar la barrera intestinal y la composición del microbioma intestinal en ratones, además podrían tener efectos tóxicos en el hígado de los peces.
En el resumen de su trabajo, el galardonado médico osteopático manifiesta que, las muestras fecales de humanos fueron analizadas para detectar la presencia de 10 tipos de plásticos y 9 de ellos fueron detectados en dichas muestras. En promedio, los participantes presentaron 20 partículas microplásticas por cada 10 gramos de heces”.
“Las pruebas revelan que tanto el agua de la llave como el agua embotellada contiene microplásticos, al igual que el polvo del hogar y muchos alimentos, en especial los mariscos y la sal de mar, pero también cualquier alimento que se haya almacenado en envases de plástico”, advirtió.
Y agrega: “La investigación sugiere que los microplásticos podrían tener un efecto adverso en el microbioma intestinal, ya que los microplásticos de polietileno han afectado la barrera intestinal, microbioma y metabolismo de ratones”.
Ahora que se tiene “la primera evidencia de microplásticos en seres humanos, necesitamos realizar más investigaciones para comprender lo que esto representa para la salud humana”, indicó el doctor Mercola.
“Considero que tratar de disminuir el uso de plástico y alimentos empacados en dicho material podría ser beneficioso tanto para la naturaleza como para nosotros los seres humanos”, subrayó el galardonado médico estadounidense autor de innumerables libros sobre salud.
El experto advirtió que “la contaminación plástica también se ha acumulado en las tierras de cultivo”. Cita investigaciones científicas que han establecido que la descarga anual de plásticos en la tierra podría ser entre 4 y 23 veces mayor que la que se desecha en los océanos”.
Sostiene que “el uso de aguas residuales (biosólidos) como fertilizantes es una fuente significativa de toda esta contaminación plástica”.
El doctor Mercola citó otros estudios científicos que señalan que los microplásticos podrían contribuir en “la incidencia del cáncer de colon y enfermedades intestinales”, además de que están relacionados con la alteración del microbioma y toxicidad hepática.
Por otra parte, el especialista alertó sobre el agua embotellada que dijo está casi completamente contaminada con microplásticos. “Como mencioné anteriormente, las pruebas recientes revelaron que ahora el agua potable se encuentra casi completamente contaminada con microplásticos –ya sea la que toma de la llave o la embotellada”, subrayó.
Los descubrimientos indican –subrayó- que sólo 17 de las 259 botellas de agua analizadas estaban libres de partículas microplásticas, y ninguna de las 11 marcas analizadas demostró de forma consistente estar libre de contaminantes plásticos. (Hay que señalar que esos estudios fueron realizados en Estados Unidos).
En sus ponderaciones, el doctor Mercola invita a que seamos “parte de la solución del problema”, en lo que respecta al uso del plástico y el microplástico. Llama a tomar conciencia y reflexionar sobre la fabricación de los productos que compra, cómo podrían afectar mientras lo utiliza y qué les sucederá una vez que los deseche.
Sugiere entre otras medidas, evitar el agua embotellada y en su lugar, invertir en un buen sistema de filtración de agua para su hogar y llenar sus propias botellas reutilizables con agua de la llave filtrada. También, reducir el uso de todo lo que esté hecho de plástico, reciclar lo que pueda en la medida de lo posible y evitar la ropa hecha de microfibras.
*El autor es periodista.