La seguridad del paciente en el ambiente hospitalario es la clave principal de una atención de salud segura. Es inherente que el proceso médico que no se acompaña de protocolos creados para la prevención de eventos adversos, pueda convertirse en una amenaza para la estabilidad de la salud e incluso la vida del paciente.
María de la Rosa, gerente de Enfermería de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), asegura que los acontecimientos no deseados que ocurren en el proceso de la atención de salud son aquellos que no estaban planificados, pero que pueden suceder relacionados con problemas de la práctica clínica, de los productos utilizados, de los procedimientos o del sistema.
Compromiso de todos
De la Rosa sostiene que la implementación y aplicación de estrategias que garanticen la calidad y seguridad de la atención del paciente debe ser un compromiso de todo el sistema y los recursos humanos que intervienen en la atención a un enfermo.
“Es un esfuerzo profundo que implica una amplia variedad de acciones dirigidas hacia la mejora del desempeño, la gestión de la seguridad y los riesgos a los que los pacientes se ven expuestos durante el recibimiento de estos servicios en el hospital”, explica De la Rosa.
Detalla que esas amenazas o riesgos, concomitantes a la asistencia médica, no excluyen país, especialidad, áreas u hospital, por lo que la importancia de esto radica en que cada uno de los servicios que el paciente recibe debe ir en cumplimiento con los protocolos establecidos para prevenir daños o eventos relacionados a estos.
Prevención es la clave
Al hablar sobre el rol del personal de enfermería como protagonista en la prevención de eventualidades no favorables, De la Rosa señala que la orientación sobre el cuidado en embarazos, madre y recién nacidos, enfermedades infectocontagiosas, cardiovasculares, cuidados del paciente diabético, prevención de cáncer de mama, entre otras, son enfermedades de gran impacto en la población, y que ellos, como profesionales de salud, ayudan en el control.
De la Rosa explica que el profesional de enfermería es un recurso humano de salud idóneo para la prevención de sucesos no deseados durante el servicio, que en todo momento debe procurar cumplir y dar seguimiento a los protocolos establecidos, educación al paciente y su familia, así como establecer políticas y normas que vayan de las manos con los procesos de atención médica.
Estas son medidas que ayudan a reducir efectos negativos en el servicio sanitario. La importancia es que en cada uno de estos procesos hay un profesional de enfermería y es su responsabilidad como profesionales de salud que permanecen 24 horas al lado del paciente, convertirse en vigilantes de cada acto que se realice, con sentido crítico a beneficio del paciente.
Personal empoderado
“En el Cedimat los profesionales de enfermería nos mantenemos empoderados de nuestro compromiso ético y moral de la profesión, que conlleva respetar la confianza de los pacientes y su familia, dar respuesta oportuna y efectiva ante sus necesidades y no permitir que el servicio y los procesos de atención de salud sean canales en los cuales puedan ocurrir un daño por omisión, descuido o desconocimiento”, sostiene la enfermera.
De la Rosa dice que la mayoría de los hechos adversos más comunes y de mayor impacto emocional, social y económico que amenazan la estabilidad y la vida de un enfermo, son prevenibles, de ahí la importancia de la bioética en enfermería y de seguir los protocolos de seguridad establecidos.
Más que tecnología
Destaca: “Entiendo que la tecnología es un gran avance para el rápido diagnóstico y tratamiento del paciente, pero como profesional de la salud debemos siempre tener presente que estos avances no deben ser causas de distanciamiento con el paciente”.
La gerente de Enfermería concluye afirmando que el servicio que las enfermeras del Cedimat ofrecen es continuo, lleno de valores humanos y éticos, lo que genera confianza y gratitud en el paciente, su familia y la comunidad.
Sentido crítico y más humano en cada servicio
Nuestro personal de enfermería se toma muy en serio su profesión.
Entendemos perfectamente que los pacientes son personas que no han elegido estar acostadas, enfermas, y pasando por momentos de dolor, por lo que necesitan de nuestra ayuda, competencia y dedicación, sentido crítico y humano en cada servicio que ofrecemos.
Esta forma de actuar nos permite hacer realidad una de las frases de la pionera de la enfermería (no hacer daño) y proteger al paciente de todo lo que pueda amenazar su estabilidad y su vida.