El papa Francisco ofrece su bendición Urbi et Orbi ("a la ciudad y al mundo", en Latín) del día de Navidad desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el domingo 25 de diciembre de 2022. Latin for 'to the city and to the world' ) Christmas' day blessing from the main balcony of St. (AP Foto/Gregorio Borgia)
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco aprovechó el domingo su mensaje de Navidad para lamentar los “crudos vientos de guerra” que azotan a la humanidad e hizo una apasionada llamada a que terminen los combates en Ucrania, tras 10 meses de un conflicto que describió como “insensato”.
Al mediodía local, Francisco ofreció el tradicional mensaje “Urbi et Orbi” (“a la ciudad y al mundo”, en latín) desde el balcón central de la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Decenas de miles de turistas, peregrinos y residentes de Roma llenaron la Plaza de San Pedro para escuchar al pontífice y recibir su bendición.
Francisco también mencionó prolongados conflictos en Oriente Medio, como en Tierra Santa, “donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos”. También rezó por una tregua duradera en Yemen y la reconciliación en Irán y Myanmar.
El papa lamentó que “el camino de la paz” se vea bloqueado por fuerzas sociales como “el apego al poder y al dinero, la soberbia, la hipocresía, la mentira”.
“En efecto, debemos constatar con dolor que, al mismo tiempo que se nos da el Príncipe de la Paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad”, dijo Francisco.
“Si queremos que sea Navidad, la Navidad de Jesús y de la paz, contemplemos a Belén y fijemos la mirada en el rostro del niño que nos ha nacido”, dijo. “Y en ese pequeño semblante inocente reconozcamos el de los niños que en cada rincón del mundo anhelan la paz”.
Francisco instó a los fieles a recordar a los millones de ucranianos que están sin electricidad ni calefacción debido a los ataques rusos contra infraestructura energética, así como a los millones que viven como refugiados en el extranjero o desplazados en su propio país desde la invasión rusa del 24 de febrero ordenada por el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
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“Que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad, a la intemperie o lejos de sus hogares, a causa de la destrucción ocasionada por diez meses de guerra”, dijo el papa.
Francisco rezó porque Dios “ilumine las mentes de quienes tienen el poder de acallar las armas y poner fin inmediatamente a esta guerra insensata”.
Francisco, el primer papa proveniente de Latinoamérica, dijo que ora porque la Navidad “inspire a todas las autoridades y a todos los pueblos de las Américas a tratar de calmar las tensiones políticas y sociales experimentadas por diversas naciones”.
Comentó que particularmente estaba pensando en Haití, el empobrecido país caribeño donde casi 100.000 personas han huido de la capital debido a la violencia, según un reporte reciente de la agencia migratoria de Naciones Unidas.
El papa pidió que ante una “mesa bien preparada”, los fieles pensaran en Belén, una localidad cuyo nombre significa “casa de pan”, y recordaran a los que pasan hambre, especialmente niños. “Mientras se desperdician grandes cantidades de alimentos y se derrochan bienes a cambio de armas, pueblos enteros sufren de hambre”, afirmó.
La guerra en Ucrania ha agravado la escasez, señaló, con menciones concretas a Afganistán y los países en el Cuerno de África.
Ucrania es uno de los principales productores del mundo de grano y maíz, pero el empleo de minas submarinas y un bloqueo naval ruso a puertos ucranianos desde los inicios de la guerra asfixiaron el tráfico desde los puertos ucranianos en el Mar Negro. Un acuerdo mediado por Turquía y Naciones Unidas ha tratado se resolver el problema.