El papa Francisco pidió ayer a las autoridades de todo el mundo que se comprometan a crear “un nuevo orden social que rompa la espiral perversa entre familia y pobreza”, que afecta a numerosos países.
En el pedido, lanzado ayer durante la audiencia general desde la plaza de San Pedro, el pontífice latinoamericano lamentó el sistema económico vigente que “se ha especializado frecuentemente en el disfrute de bienes individuales, y explota ampliamente la explotación de los lazos familiares”.
“La Iglesia madre también está llamada a ser pobre, practicando la simplicidad en su propia vida”, dijo.