Toda una vida dedicada a la academia y ahora a vérselas con los parroquianos. Es un desafío interesante, y le toca al rector actual de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, sacerdote Alfredo de la Cruz Baldera, quien ha sido designado obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís.
En la academia las tareas y las dificultades pueden tener un carácter administrativo y de competencias; en la diócesis también hay que administrar, pero no precisamente las ciencias y las tecnologías.
Allí los desafíos son profundamente humanos, sociales y hasta políticos. En un comentario público sobre su designación el ahora rector y obispo dijo que la noticia le causa alegría y nostalgia, porque cada vez que ingresa a un aula entra a un santuario, “ahora mi santuario será la diócesis”, afirmó. Buena suerte padre Alfredo.
En Maimón
El terremoto de Maimón, de 4.8 grados en la escala de Richter, tuvo su más grave consecuencia en Casabito, camino de Constanza, donde Obras Públicas debió trabajar extra ayer.
