En una columna anterior planteábamos que una de las principales preocupaciones del entorno de Danilo Medina es el “nunca jamás” que se impuso en la modificación de la Constitución de 2015 a instancia del propio Mandatario.
Rápidamente descubrieron que descartar por siempre la posibilidad de que Medina sea opción de Poder dejaría a ese grupo en desbandada y, hasta cierta medida, desprotegido.
Quienes han tenido acercamiento personal con Medina dicen con convencimiento que él está empeñado en gobernar hasta 2020, dejar un legado y seguir en la vida pública desde otros ámbitos.
Pero su legendaria lealtad a quienes le respaldan le lleva la preocupación de que fueran víctimas de revanchismos internos o externos.
El “nunca jamás” preocupa ahora más que la posibilidad de una repostulación con miras a 2020.