Las amenazas a la ciberseguridad se han intensificado en Centroamérica y el mundo, impactando a millones de personas a través de fraudes en línea, phishing, robo de identidad y ciberacoso, con consecuencias económicas y en la salud mental.
En un entorno cada vez más digital, tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (IoT) ofrecen soluciones avanzadas de protección, pero también abren nuevas oportunidades para los ciberdelincuentes, que operan en un mercado altamente lucrativo y en constante evolución.
De acuerdo con ESET, la información se ha convertido en el activo más valioso de esta era, por lo que proteger datos y dispositivos ya no es solo tarea de expertos, sino una responsabilidad cotidiana que involucra al hogar, la escuela y el trabajo.
Los ataques de phishing, cada vez más sofisticados y personalizados, las estafas digitales y la suplantación de identidad continúan en aumento, mientras que fenómenos como el ciberacoso y el grooming afectan especialmente a niños y adolescentes en plataformas digitales de uso masivo.
Ante este panorama, ESET subraya la importancia de fomentar una cultura de ciberseguridad, basada en la educación, la prevención y el uso de herramientas de protección adecuadas. “Todos formamos parte de un mismo ecosistema digital y todos podemos ser potenciales víctimas”, advierten.