Las amenazas a la ciberseguridad se encuentran a la orden del día y afectan a millones de personas alrededor del mundo, con fraudes, ciberacoso y robo de identidad, con consecuencias financieras y de salud mental, y no es para menos por lo lucrativo del mercado de la ciberdelincuencia.
Los países centroamericanos no son ajenos a dichas amenazas. Además, en un mundo cada vez más conectado, donde tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (IoT) se integran rápidamente a la vida diaria, la ciberseguridad ha dejado de ser un asunto exclusivo de expertos. Hoy, proteger los datos y dispositivos se ha convertido en una necesidad cotidiana.
En ese sentido, para ESET, compañía de detección proactiva de amenazas, la información es ahora el activo más crítico, al grado de que algunos llegan a denominarla como el nuevo “oro” de esta era; protegerla con una ciberdefensa robusta es esencial para resguardar la propiedad intelectual.
Martina López, especialista en seguridad informática de ESET Latinoamérica, dijo: “En la actualidad cuando hablamos de ciberseguridad hay que considerar que las empresas están conformadas por personas y todos formamos parte de un ecosistema”.