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El neoliberalismo como ideología

Reflexiones. El neoliberalismo, que por lo general se asume como una doctrina económica, es mucho más que eso, es también una ideología, y esos dos aspectos fundamentales que lo definen, constituyen el programa contrarrevolucionario más completo, elaborado y aplicado por las grandes potencias capitalistas, con Estados Unidos a la cabeza, para afirmar su hegemonía, su explotación y control sobre los pueblos y naciones débiles y matar el espíritu de resistencia y la voluntad de lucha de los oprimidos.

Las fuerzas progresistas han enfrentado al neoliberalismo desde que entró en escena abiertamente, pero la resistencia y la denuncia se han dirigido casi unilateralmente, a los postulados y medidas económicas, descuidando la parte más perniciosa, la ideológica, la cultural, la más letal porque es la más sutil, hasta hacerse a veces imperceptible. Por eso resulta más difícil combatirla.

Es tan necesario tener claridad sobre todo esto. Cada tesis económica o filosófica del neoliberalismo va acompañada de su correspondiente carga ideológica. La teoría de la privatización de la economía, por ejempo, va acompañada de aquella tesis de que cada hombre es un fin en sí mismo, nada de preocupación por problemas sociales, de lucha ni participación política.

La anulación del papel del Estado como regulador de la economía, mientras propugna por dejar el campo libre para que los grandes monopolios impongan su imperio y aplasten a los medianos y pequeños; ideológicamente busca fomentar el menosprecio de lo público y lo social.

El postulado aquel de la destrucción de las barreras arancelarias, se acompaña de la prédica de que ya nación, patria, soberanía, cultura e identidad son conceptos obsoletos, persiguen cultivar el desamor por la nación, la renuncia a la cultura y el sentimiento nacional.

Con los modernos y poderosos recursos de comunicación y penetración de que disponen, los neoliberales, que hablan engañosamente del fin de las ideologías, han logrado ganarse para la suya a parte importante de la población, e incluso que portadores de posiciones ultra conservadoras y neofascistas capten a los electores de muchos países y alcancen el poder.

El movimiento progresista, que tanto ha acompañado al pueblo en la resistencia a las consecuencias de los ajustes económicos neoliberales, está emplazado a librar la batalla de ideas, el debate teórico, con las tesis del neoliberalismo, que al propagarse sin la debida respuesta esclarecedora, han ido ganando espacio en sectores sociales que son precisamente en los cuales las posiciones y fuerzas políticas avanzadas debieran contar con mayores adhesiones. En ese campo hay mucho por hacer.

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Columnista de El Día. Dirigente político y escritor.

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