Parece que el lío en el PLD terminará conviniéndole a la Cámara de Diputados, pues por primera vez en mucho tiempo puede no actuar como sello gomígrafo del Poder Ejecutivo.
Los diputados comprometidos con el Gobierno ayer no pudieron ni siquiera conformar mayoría relativa y tuvieron que recurrir a la ruptura del “quorum” para evitar que el proyecto de ley de partidos políticos fuera rechazado.
La coincidencia de causa de los diputados oficialista leales a Leonel Fernández con los diputados de la oposición mantuvo en el cuadrilatero a 90 diputados, suficientes como para rechazar el proyecto, pero cortos para hacer “quorum”.
Siete diputados del PRM, todos leales a Hipólito Mejía, no asistieron a la esperada sesión de ayer, estrategia ya muy conocida en el Congreso cuando se quiere hacer causa común con el Poder sin enseñar el refajo.
La facción del PLD que quiere imponer las primarias abiertas en la ley de partidos tiene la difícil tarea de convertir en 63 ese 90 que ayer se mantuvo en el hemiciclo.