El más ruidoso

El más ruidoso

El más ruidoso

El de Pedernales debe de ser el malecón más pequeño del país. Está constituido, poco más o menos, por una reducida plaza del ancho de una calle que culmina junto al mar.

Por alguna inclinación a exagerar, ellos suelen promoverlo como el más chiquito del mundo.

Pero por lo visto es también uno de los más ruidosos del país, o la Procuraduría Especializada para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos Naturales no hubiera tenido que impedir el ingreso de vehículos con toda clase de equipos de sonido y la consecuente contaminación sonora y moral que los acompaña por el contenido soez de las letras de canciones propagadas a tan altos decibeles que se escucha a varias cuadras alrededor.

Abandonado
El Ministerio de Interior y Policía inició en el período de gobierno pasado un gran esfuerzo por poner orden en el registro de motocicletas, pero en algún momento esta loable iniciativa fue abandonada.

Si siempre se pone una piedra un día se culmina la obra, pero si en cambio se deja avanzar el desorden cada vez resultará más difícil y doloroso ponerle remedio.

Hablar del caos en las vías públicas sin hablar del tráfico de vehículos es dejar de lado uno de los aspectos más dañinos y entre los más inquietantes de todos los que circulan por todas partes, incluidas las que les son prohibidas, están los conductores de motos. Hay que registrarlos.