Casi 800 especies llevan refugios móviles (la mayoría de las veces conchas de caracol calcificadas). Fotos Jonathan Delance.
SANTO DOMINGO.-En la cultura urbana dominicana, al referirse a una persona que lleva muchas cosas del hogar consigo, lo comparan y dicen: “vives como un maquey”, con la casa arriba.
Ese dicho popular es relacionado al hábito de estos crustáceos ermitaños de bosques costeros que usan las conchas de caracol o babosa arcoíris consigo para cubrir sus abdómenes largos, curvados en espiral y blandos.
Miles de individuos de esta especie que migraron a la Bahía de Las Águilas el pasado fin de semana a desovar en el mar, usan además piezas huecas de madera, vidrio y piedras para protegerse.
Ese espectáculo de la naturaleza que ofrecieron invita a conocer más de esta representativa especie terrestre de la fauna costera marina del Caribe. En la medida que los cangrejos ermitaños crecen, necesitan caparazones más grandes. Cuando encuentran un nuevo vacío, deja el anterior e inspeccionan el tamaño del nuevo.
Si el que encuentra es demasiado grande, el cangrejo vuelve al original. Si le agrada la nueva concha, rápidamente abandona la antigua y se “muda” al nuevo caracol.
Rol ecológico
Según el biólogo Enrique Pigibet Bobea, del Viceministerio de Recursos Costeros y Marinos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el maquey juega un importante rol en el mantenimiento del equilibrio dinámico de los ecosistemas, por sus interacciones ecológicas e impacto en la estabilidad de las redes tróficas o cadena alimenticia.
Los individuos que se desplazaron pertenecen al grupo de Paguroideos, una familia de crustáceos decápodos conocidos como maquey o cangrejo ermitaño, del género taxonómico Liguus sp.
Migración vs. clima
“En algunas especies de maqueyes sólo las hembras migran y liberan sus larvas en el mar, pero en otras en ambos sexos se movilizan al mar, apareándose a lo largo del camino, luego cada hembra lleva bajo el abdomen miles de huevos fertilizados, a veces viajando grandes distancias hasta la orilla de la playa”, detalló Pigibet Bobea.
El biólogo cuenta que a lo largo de varios días, los cangrejos «lavan» sus huevos en el agua para asegurarse de que cada uno ha sido tocado por agua de mar.
Luego, todos juntos, se abren camino de regreso al bosque costero.
Las migraciones de estos crustáceos son desencadenadas por cambios ambientales naturales, en la temperatura del aire o del agua, la ocurrencia de lluvias, la duración del día, respuestas automáticas a variación en la intensidad de la luz, o cambios de la fase de la luna, así como también por cambios químicos internos, entre otras, agregó Pugibet.
Responde a instinto
— Desplazamiento
Muchas especies marinas, desde pequeños camarones hasta gigantescas ballenas, responden a un impulso instintivo de migración. El éxodo más común en la ecología generalmente es anual o estacional.