Debido a su deterioro, la iglesia de los Jesuitas fue intervenida en el año 1957 por el arquitecto español Javier Barroso, junto con el Alcázar de Colón, por órdenes del dictador Trujillo.
El nuevo uso a la que se la destinó fue para servir de Panteón Nacional. Los espacios interiores, dedicados al nuevo uso, hacen confundir al visitante moderno, acerca de cómo pudo estar distribuida, anteriormente para su uso religioso.
El majestuoso templo está concebido en planta de cruz latina, de una sola nave longitudinal con capillas laterales, definidas individualmente por sus cubiertas abovedadas con aristas y separadas por grandes arcos rebajados, de comunicación entre capillas y arcos apuntados hacia la nave del templo.
Tiene la gran iglesia una nave transversal para formar la cruz que junto al presbiterio termina con paredes de superficie recta.
El presbiterio está sobreelevado con relación a los demás espacios y el muro testero tiene una enorme ventana, por donde entra la luz natural con gran fuerza, iluminando el interior.
Bóvedas de cañón
Las naves están cubiertas por bóvedas de cañón corrido, sostenidas por arcos de descarga que apoyan en los pilares que definen las seis capillas laterales, manifestándose al exterior del edificio mediante grandes contrafuertes que sostienen los empujes laterales.
Sobre el crucero se desarrolla una enorme cúpula sobreelevada en un tambor que apoya sobre cuatro pechinas angulares, en donde antiguamente debieron estar pintados los signos de los cuatro evangelistas, como es tradición en las iglesias católicas.
Este tambor que sobrelleva la cúpula. Cuenta con cuatro horadaciones u ósculos, por donde penetra la luz natural al interior del templo.
Como nota de interés, hacemos notar que sobre las capillas laterales, existen unos espacios que debieron recordar en sus inicios la forma arcaica del matroneo de la iglesia paleocristiana y bizantina. Estos mismos espacios se utilizaron como palcos cuando la iglesia se convirtió en teatro, en reciente época republicana.
La iglesia está construida fundamentalmente en piedra coralina de sillería. Las bóvedas y arcos de bocacapillas son de ladrillos artesanales y de tapia algunos muros complementarios de cierre al exterior.
Su cúpula
La cúpula está dividida en secciones por una serie de nervios que tienen función estructural y decorativa. La fachada principal de la iglesia, recuerda la sobriedad del periodo herreriano español, así como la gran solución de fachada de retablo, en donde las calles están definidas por grandes contrafuertes de piedra que contienen las puertas de acceso a la planta baja, ventanas en los niveles altos, con un coronamiento en forma de espadaña que, sin embargo, no contiene la espadaña que debió sostener originalmente.
Una segunda espadaña de tres vanos se encuentra sobre uno de los muros que limita el crucero norte, al exterior, ya dentro de los límites de las viviendas y convento de la Compañía.
Hoy en día, después de la intervención del arquitecto Javier Barroso, aun preservando el sentido religioso con el mantenimiento de la mesa del altar, aparecen sobre los muros del presbiterio, sobre los muros terminales del crucero y a lo largo de las paredes límites de las capillas laterales, una serie de monumentos sepulcrales, algunos a modo de osario, sobre las paredes del presbiterio, otros monumentales, a lo largo del crucero y capillas, para contener los restos de hombres y mujeres que han dado su vida en beneficio del mantenimiento de los ideales y valores de la Patria Dominicana.
Llama votiva
Del arranque del tambor cuelgan brazos metálicos que se unen en el centro del espacio del crucero, sosteniendo una lámpara monumental. En el eje de esta lámpara, en el pavimento, se encuentra una llama votiva perenne.
En el espacio de la bóveda que corona el área del presbiterio existe una pintura al óleo sobre lienzo, realizada por el notable pintor español Pellicer, datada en 1958, con temas alegóricos, tanto a la fe cristiana, como al alma de la patria dominicana.
Algunos de estos motivos son representaciones de los cuatro evangelistas y símbolos patrios que se identifican con símbolos antropomórficos, en la sección derecha de esta pintura cenital.
Antigua iglesia
— Panteón Nacional
Perdió su carácter religioso en 1772 al ser expulsados los jesuitas de los dominios españoles. Su última restauración, en 1961, la convirtió en Panteón Nacional, donde están sepultadas figuras insignes de República Dominicana.
*Por MARÍA CRISTINA DE CARÍAS, CÉSAR IVÁN FERIS IGLESIAS Y CÉSAR LANGA FERREIRA