SANTO DOMINGO.-Por sus múltiples usos, el maguey Agave spp. (Agavaceae) se puede calificar como una planta versátil, de gran provecho para la humanidad.

El Agave es el nombre científico que le dio al maguey el naturalista sueco Carlos de Linneo a mediados del siglo XVIII.

Entre los usos más comunes que se dan a las fibras de esta especie figuran la elaboración de prendas de vestir, como son los sombreros cuerdas, sacos y tapetes a nivel textil; en la parte médica se tratan cánceres, alzhéimer y confeccionan hilos de sutura para cirugías.

“Igual en el área química, la extracción de sustancias esteroides de sus pulpas también permite elaborar anticonceptivos orales, detergentes, como además es utilizado en la fabricación de tequilas y otras bebidas alcohólicas mundial, en biocombustibles, al igual que plásticos biodegradables.

Distribución

El agrónomo José Rafael Guzmán Rodríguez, encargado de Regulación y Control de Vida Silvestre de la Dirección de Biodiversidad de Medio Ambiente, afirma que esta especie es originaria de América tropical y tiene gran presencia en paisajes áridos, como en México, en la península de Yucatán, y contribuye, además, a mitigar la erosión de los suelos.

“La mayor parte de estas plantas son monocárpicas, es decir que florecen una vez en la vida y después de ese proceso y la maduración de los frutos mueren”, explicó Guzmán Rodríguez.

Según el profesional, el Agave también es conocido como pita y cabuya y son plantas carnosas, arbustivas de forma globosa y hojas sésiles (sin tallo), lanceoladas de color blanco, azulado o grisáceas con una terminación en forma de aguja.

Sus variedades

Pertenecen a la familia de Agavaceae y entre las variedades de especies figuran las Agave Antillarum, y la Brevipetala, ambas endémicas de la isla Española; la Americana, cultivada de manera ornamental en patios; y la Sisalana (sisal o henequén) que de sus fibras se fabrican cuerdas.

En el país, prosperan en regiones áridas, como Azua, Barahona, Montecristi y Pedernales.

— El sisal
En la época del tirano Rafael Leónidas Trujillo en el país se impulsó su siembra denominada sisal en Montecristi y Azua, donde llevaban personas a extraer la materia prima para la fábrica de tela de la desaparecida empresa de Corde.