El Jet Set y nuestro destino
Solo en muy excepcionales ocasiones uno percibe un estado de indignación, tristeza y desesperanza tan extremos como el que se presume en los ánimos del dominicano ante la tragedia que se produjo en la discoteca Jet Set el antepasado lunes.
Creo utilizar las palabras adecuadas para describir de manera pormenorizada una situación que, simple y llanamente, no puede haber ocurrido sin que posteriormente se tomen medidas ejemplares para evitar que un hecho tan estremecedor vuelva a repetirse.
¿Exageramos si decimos que se trata de un acontecimiento en el que sutilmente está involucrado el destino de todos? La realidad es que, si no asumimos las previsiones de lugar, podría adelantarse que nuestra suerte como país, a muchos niveles, podría estar gravemente comprometida.
En ese tenebroso laberinto que tantas veces nos caracteriza como pueblo y ciudadanos, es bastante lo que, en sentido general, hemos avanzado desde hace décadas.
Sólo que realidades escandalosas nos han sorprendido sin desencadenar, como es de desearse, un “estado de alerta o de conciencia” que nos conduzca a la reflexión y la evaluación rigurosa y a un proceder no sólo de asombro, miedo y sorpresa sino también hacia la corrección y la precaución…
Ya hace tiempo que dejamos de lado diversas prerrogativas en las que se asienta la correcta percepción de las cosas.
“Dejar hacer y dejar pasar” … debido a esta errática percepción se ha desvirtuado en gran medida el orden, la disciplina y lo que se denomina “régimen de consecuencias”. Este, en ocasiones, sutil proceder ha fomentado inconductas, desaciertos y perversidades. Y esta forma de vida, que viene de viejo, es responsabilidad de todos.
La frase histórica de “sálvese quien pueda” seria el mal camino a seguir tanto en nuestro presente como en nuestro futuro. Entonces, no tendríamos ni uno ni otro. Frente a nosotros se abriría un abismo insondable en el que podíamos caer por y para siempre.
Abinader es un Ejecutivo de innúmeras virtudes. Su preocupación por el bienestar colectivo está al margen de toda duda. La confianza en sus propósitos e ideales debe fortalecer nuestra fe en un presente y un futuro más promisorio para la Patria que nos vio nacer.
Nuestro futuro es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. . . En este ámbito no existen comportamientos aislados. El futuro, la seguridad, el progreso, son responsabilidad generalizada y de todos y cada uno de nosotros.
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