Cuando el hoy Presidente de la República en 1999 corrió por primera vez como candidato presidencial, renunció del cargo de Ministro de la Presidencia sin que la ley en ese entonces lo obligara.

El mismo presidente Danilo Medina fue quien alentó a que los precandidatos presidenciales del PLD que ocupaban cargos en el Gobierno renunciaran a los mismos.

No hay dudas de que el presidente Medina sabe que ostentar una candidatura resulta tan absorbente que dificulta poder ejercer funciones en la Administración Pública.

En esta oportunidad la propia ley manda a que tres meses antes de las elecciones los candidatos que ocupan cargos no electivos renuncien a los mismos.

Pero es muy distinto a lo que ahora se aspira: que los funcionarios públicos no participen en campaña.

La Junta emitió una resolución prohibiéndoles que hagan campaña en el horario establecido como de servicio para los funcionarios por el Ministerio de Administración Pública.

Esa prohibición solo servirá para darle sustento a denuncias de la oposición.

Un ministro será ministro todos los días, a tiempo completo. No se pone la chaqueta de ministro a las 8:00 de la mañana y se la quita a las 4:00 de la tarde.

Además, ocupa un cargo político y por tanto hará porque el partido al que pertenece gane elecciones para continuar gobernando.

Por tanto, un alto funcionario que no es candidato (porque los que lo son deben renunciar a más tardar tres meses antes de las elecciones) deberá tener la destreza de ejercer sus funciones adecuadamente y poder hacer campaña.

Lo que no le está permitido, por ser un delito, es utilizar cualquier recurso público a favor de un candidato.

Pero eso no hay que prohibirlo, pues ya está prohibido.

Lo que se requiere es vigilancia para que no se usen los recursos públicos en campaña y que quien lo haga entonces reciba las sanciones que establecen las leyes vigentes.