El guión de la crisis económica en Grecia
Bloomberg News.–Agitación política en Grecia, caída de las acciones y los mercados de bonos, amenaza de suspensión de pagos y salida del euro: el guión es inquietantemente parecido a las circunstancias de pesadilla de 2010 y 2011.
En aquel momento, Grecia estuvo cerca del borde del abismo, salvada por 240,000 millones de euros (US$297,000 millones) en préstamos de emergencia improvisados por los gobiernos europeos encabezados por una reacia Alemania.
Ahora, después de lograr algunas señales de recuperación económica, el gobierno de Atenas nuevamente tambalea, provocando una nueva serie de catastróficas especulaciones.
Los inversores analizaron las peores opciones esta semana, mientras contemplaban una cadena de acontecimientos que comenzará este mes con una elección presidencial incierta que podría llevar al poder a fuerzas contrarias al rescate, poniendo en duda nuevamente la pertenencia de Grecia al euro.
“Europa no está a salvo todavía”, dijo anoche en Bloomberg Television Peter Fisher, ex funcionario del Tesoro y la Reserva Federal de los Estados Unidos que actualmente es director sénior del Blackrock Investment Institute.
“Tienen por delante un largo camino para crear una verdadera unión monetaria y de mercados de capitales.
Las acciones griegas ayer cayeron 1 por ciento después que el Índice Athens Stock Exchange de referencia se desplomó 13 por ciento el día anterior, la caída más pronunciada desde 1987.
El rendimiento de los bonos a diez años otra vez trepó después de dar un salto de 93 puntos básicos a 8,18 por ciento el 9 de diciembre, aproximadamente el nivel que tenían en abril de 2010 durante las negociaciones por el primer rescate.
Lecciones aprendidas
La Unión Europea, naturalmente, está mejor preparada ahora que en 2010, cuando un agujero de 20,000 millones de euros en el presupuesto griego se convirtió en una crisis continental que tuvo como víctimas a Irlanda, Portugal, España y Chipre y casi fractura la zona euro hoy de 18 países.
En aquel momento, los fondos de ayuda como la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera y el Mecanismo Europeo de Estabilidad no existían.
Tampoco el sistema de supervisión de la Comisión Europea, diseñado para encender las luces rojas cuando un país se encamina a problemas económicos o fiscales.
Lo que es más importante, la crisis hizo caer en el error a líderes europeos educados para ver al euro como algo permanente e indisoluble. No “sobrevaloren” los problemas de Grecia, dijo la canciller alemana Angela Merkel en diciembre de 2009 cuando las malas noticias presupuestarias empezaban a llegar de Atenas.
“También hay déficits en otras partes del mundo”.
Los dirigentes europeos recibieron una lección de gestión de las crisis y los caprichos de los mercados, y pueden mostrar casos exitosos desde entonces. Irlanda, Portugal y España han dejado atrás la asistencia y las sumas en disputa en Grecia -unos 7,000 millones de euros- son pequeñas en comparación con lo que recibió antes.
La supervivencia del euro no es una prueba de que los líderes europeos encontraron la receta de largo plazo correcta.
Los rescates sólo se otorgaron a los gobiernos que implementaron drásticos recortes de presupuesto, haciendo crecer el desempleo -la tasa de Grecia hoy es de 25,9 por ciento- y promoviendo posturas políticas radicales.
En Grecia, la reacción tiene un nombre: Alexis Tsipras, líder del partido Syriza, que intentó acceder al cargo de primer ministro en 2012 criticando los recortes en el sistema de bienestar social impuestos por los acreedores.
Desde entonces, sus acciones están en alza. Las encuestas dan a Syriza como el partido más popular de Grecia y el que más probablemente formará el próximo gobierno.
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