Un grupo de mujeres diputadas levantaron ayer su voz para denunciar el engaño y retroceso que representa el proyecto de ley sobre régimen electoral aprobado por el Senado de la República.
Sin embargo, su grito fue acallado con el argumento de aprobarla para luego “arreglar la carga en el camino”.
Ese mismo argumento se usó para aprobar la Ley de Partidos Políticos, que ahora se ha demostrado ser peor cura que la enfermedad.
Las sociedades tan marcadas por el machismo como es la nuestra, tienen que recurrir a la discriminación positiva para que las mujeres puedan abrirse paso en medio de tantos obstáculos que se han impuesto a través de los años.
En este caso hablamos de equidad.
La sociedad logró que se les reservara una cuota de candidaturas a las mujeres como forma de contrarrestar la inequidad en nuestro sistema político.
Esas cuotas eran por demarcación, lo cual no garantizaba elección, porque el voto preferencial terminaba actuando en su contra, pero eso ya era un avance.
Esa pequeña conquista fue reducida pues en el Congreso se inventaron aumentar la cuota, pero totalizándola a nivel nacional, lo cual permitirá no llevar a ninguna mujer como candidata en una demarcación, compensándola en otra (que podía ser donde no existiera posibilidad de obtener el triunfo).
Esa pieza legislativa tiene muchos otros engaños, como es el supuesto tope para los gastos de campaña electoral, que lo deja en una cifra astronómica.
Tristemente, hay que gritarlo, el desarrollo integral de la mujer en República Dominicana aun necesita de discriminación positiva a su favor y por tanto, cualquier traba adicional será un retroceso.