En la primera actualización oficial desde que una erupción volcánica provocó un tsunami en Tonga, el gobierno de la nación isleña dice que se enfrenta a un «desastre sin precedentes».
En un comunicado, el gobierno confirmó tres muertes: dos locales, una mujer y un hombre de 65 y 49 años respectivamente, y una ciudadana británica, Angela Glover.
Agregó que algunas de las islas periféricas más pequeñas se vieron particularmente afectadas, con todas las casas destruidas en una y solo dos en pie en la otra.
Docenas de casas en la isla principal de Tongatapu, donde vive la mayoría de los 100.000 habitantes del país, también sufrieron daños.
El gobierno también alerta de que los suministros de agua se han visto «seriamente afectados» por la ceniza volcánica.
Los voluntarios han estado barriendo la pista del aeropuerto principal para permitir que los aviones traigan agua potable y otros insumos necesarios.
En este momento están en marcha evacuaciones de las islas más afectadas aunque los esfuerzos de ayuda se han visto obstaculizados por la caída de cenizas del volcán.
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Las comunicaciones con la cadena de islas se han interrumpido después de que la erupción cortara el único cable submarino que conecta a Tonga con el resto del mundo.
En su actualización, el gobierno de Tonga dijo que internet no funcionaba, pero que algunos servicios telefónicos locales estaban disponibles y que se estaba trabajando para restablecer las comunicaciones completamente.
Tal es el daño a las redes de comunicaciones, que la Organización Mundial de la Salud afirmó que un único funcionario había estado canalizando información entre las agencias de la ONU y el gobierno de Tonga usando un teléfono satelital.
En Perú, a 10.000 km del volcán, se reportó la muerte de otras dos mujeres debido a un oleaje anormalmente alto.