POR Elias Ruiz Matuk *
Recientemente me quedé anonadado, patidifuso y estupefacto cuando escuché a los miembros de la Confederación de la Unidad Evangélica Dominicana (CODUE) exigir al director de la Policía Nacional, general Alberto Then, que explicara el hecho de que haya escrito un memorándum pidiéndole a sus subalternos que acudiesen a las iglesias, católicas y evangélicas, a escuchar sus cultos religiosos, especialmente los domingos.
Otros insensatos, dijeron que estaban enviando a los agentes a expiar a los sacerdotes católicos y pastores evangélicos.
En el país, desde los inicios de nuestra colonización por parte de España, los dominicanos nos hemos caracterizado por ser eminentemente católicos. Sin embargo, hace mas o menos aproximadamente cuarenta o cincuenta años, se ha desarrollado una secularización en nuestras creencias religiosas y ya, si lo vemos a un ojo por ciento, la mitad de la población profesa otra religión, dentro del marco de la protestante.
Así que la población dominicana, además de católica, es evangélica, pentecostal, bautista fundamental, adventista, Testigos de Jehová, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) y así…
Un oficial superior de la Policía Nacional, amigo nuestro, una vez nos narró la historia de que estando de jefe del departamento policial de Gualey, en la parte Norte de la capital, se le ocurrió la idea de enviar a sus subalternos y él algunas veces le acompañaba, los domingos a la iglesia a escuchar la misa.
El sacerdote de la demarcación al ver a los agentes ir, bien uniformados, a la misa, le manifestó su alegría de la presencia policial allí y especialmente integrarse a escuchar la homilía. Luego del oficio religioso, los agentes policiales interactuaban con la comunidad y ayudó mucho a la integración en los asuntos que aquejaban al barrio. Esto lo hizo en los años 90’s, mas o menos.
Por eso me extrañó tanto, los cuestionamientos que se hicieron a la medida dispuesta por Then. Pero lo que mas nos extraña es que cada medida que haga el director de la Policía, expresa en un memorándum o no, primero salga a la luz pública y cuestionada a la vez.
Creo que quien dio en el clavo fue el obispo de la diócesis de Baní, provincia Peravia, Victor Masalles, quien dijo que a donde debe buscarse por el cuestionamiento a esta orden es adentro de la misma Policía Nacional.
Allí, siempre van a utilizarse los subterfugios, los famosos rodillazos, tirarse arena en los ojos de los que mandan, para ver si pueden llegar a los oídos del presidente de turno y pueda hacer los “cambios” que le favorezcan a uno que otro sector dentro del mismo cuerpo policial.
Por eso, Alberto Then, debe ser cuidadoso, atento y explicar siempre y especialmente cuando se vaya a tirar un pedo.