Dice la leyenda política que Hipólito Mejía tenía un gato como mascota en su casa campestre de San Cristóbal al que le llamaba igual que a un dibujo animado de la televisión cuyo nombre coincidía al de un antiguo funcionario del PLD.
El sábado pasado, mientras el presidente Luis Abinader conversaba con representantes de Juntas de Vecinos de los Alcarrizos, se hizo mención de los actos de corrupción atribuibles a funcionarios de los gobiernos morados y un gracioso, para hacer más gráfico el comentario soltó un gato, que rápidamente se dirigió a la mesa principal, sorprendiendo a todos los visitantes, que luego de reponerse empezaron a reírse a “mandíbula batiente” y acentuando el matiz político de la curiosidad.
Como de costumbre, las redes empezaron a darse vida y hasta discusiones sobre si lo de soltar el gato fue algo planificado o una simple ocurrencia. Se demostró también que hay mucha superficialidad.