El gasto público y las prioridades del gobierno

El gasto público y las prioridades del gobierno

El gasto público y las prioridades del gobierno

Daris Javier Cuevas

A nadie se le ocurre la idea de poner en dudas que el sector público debe comportarse eficientemente al momento de gastar los fondos públicos, pero si genera enorme
preocupación el incremento del gasto público improductivo, en particular, cuando se infla el gasto corriente. Y ha de ser así ya que el incremento del gasto público no tiene
ninguna justificación de ser ineficiente ni tampoco ha de implicar unas reducciones que perjudiquen el bienestar colectivo.

Para entender la eficiencia o ineficiencia de un incremento del gasto público, es necesario hacer un análisis riguroso de las causas que originan el mismo. Por tal razón,
se puede afirmar que la eficiencia del gasto público está determinada por los efectos de los instrumentos requeridos para financiar los incrementos de este sobre la base de
agrandar el endeudamiento público o los impuestos, lo cual es nocivo a la economía.

Es importante poner de relieve que cuando el gasto público descansa substancialmente en el endeudamiento esto le genera múltiples problemas a la economía, en el sentido de que se forja una ilusión fiscal que deriva en una expansión del gasto.

En adición, el incremento del endeudamiento deriva en una absorción significativa de los recursos del sector público, lo cual tiende a engendrar efectos no deseados, tales como elevación en la tasa de interés y contracción en la inversión privada.

En el marco de la política económica, en particular la política fiscal, es un axioma que el gasto público se convierte en la herramienta valiosa para ejecutar la política pública, por tanto, es la vía más idónea que tiene el gobierno para garantizar que esté revestido de calidad. Pues con ello se procura solucionar de manera efectiva las necesidades y las demandas económicas y sociales que anhela la población en sentido general.

En el contexto planteado, el gobierno ha de poseer la inteligencia suficiente para actuar y proporcionar a la población los servicios y bienes preciso ramificando los recursos de una manera estratégica para alcanzar sus objetivos, expresando así el uso proporcionado de lo que es el gasto público. Y esto así en el entendido de que se trata de un elemento esencial en la aspiración y orientación hacia el desarrollo del país y su población, lo que permite apreciar la visión de las prioridades del gobierno en función de las proporciones en que se direccione el gasto público.

Para un mejor entendimiento de la relevancia del gasto público en la dinámica económica y social en un país, basta saber la conformación, utilidad y la manera en que
se benefician las personas que son capaces de cumplir con sus deberes fiscales. Para Cambridge University de Inglaterra, el gasto publico tiene una importancia primordial
para el gobierno ya que este ha de ser el responsable principal en cuanto a la prestación de los servicios públicos relativos a la salud, educación, protección social, seguridad ciudadana y defensa, los programas sociales, la mitigación de la desigualdad, a lo que se agrega que la estabilidad económica, el funcionamiento y administración del gobierno que se sustentan en el gasto público.

En la clasificación del gasto publico se identifica el gasto corriente que son los gastos normales para el funcionamiento del Estado, principalmente, sueldos y salarios, así
como el gasto de capital referido al aumento del patrimonio del Estado. Si se hace un símil con la Republica dominicana, para el actual cuatrienio de gobierno se ha manejado la enorme suma, sin precedentes, de RD$ 4,335,012,000,000, implicando esto un incremento sustancial en el gasto público por el orden de RD$534,970.1, lo que explica que al cierre del 2023 el gasto haya alcanzado la respetable suma de RD$ 1,279,237.2, de lo cual 85.4% se ha destinado a gasto corriente y un 14.1% a gasto de capital, en promedio, cifras estas que permiten interpretar que durante el actual periodo gubernamental no se ha realizado el mínimo esfuerzo para incrementar los activos del Estado, sino que más bien que el gasto público ha sido encaminado a propósitos improductivos.

Llama poderosamente la atención de que en tan solo cuatro partidas el gobierno ha concentrado el gasto corriente por más de RD$420 mil millones, resaltando las
transferencias corrientes con un 106.7%, las remuneraciones y contribuciones con un 42.9%, gastos financieros 58.6% y contrataciones de servicios 42.4%. Por igual, un
53.3% ha sido destinado a publicidad e impresión, básicamente en propaganda, a lo que se agrega un incremento de un 400% de publicidad reeleccionista que al cierre del 2023 alcanzó el impresionante monto de RD$3,396.2 millones y que tan solo en los dos primeros meses del 2024 fue de RD$ 1,013.4, lo que al compararlo con igual periodo del 2023 esto implica un incremento de un 1, 229%, lo que significa que se tiene al Estado como un botín de guerra, ya que con estos fondos se podrían mitigar las
dificultades en los hospitales y las escuelas.

Ante un descomunal despilfarro del gasto publico en gasto corriente, ocurre el anémico gasto de capital reflejado en un coeficiente de inversión/PIB por el orden de 2.5%
convirtiéndose en el más bajo durante el periodo 1966-2024. Esta situación ha puesto en evidencia que para el actual gobierno la inversión publica para las transformaciones sociales y económicas han quedado relegada ya que el gasto corriente desorientado es su prioridad, por lo que permite arribar a la triste conclusión de que la República dominicana transita por un cuatrienio perdido.



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