En las explicaciones técnicas ofrecidas por el Gobierno sobre las razones que lo llevan a plantear que en la reformulación presupuestaria se excluyan 4 mil millones de pesos de Educación son técnicamente entendibles, pero políticamente inexplicables.
Resulta que se trata de una admitida deficiencia en la ejecución del presupuesto destinado a Educación, algo inaudito si se observan las muchas quejas por falta de planteles, equipamiento y útiles.
Uno de los ejemplos puestos por las autoridades para explicar las razones de su planteamiento ante el Congreso ha sido un programa con financiamiento internacional para fomentar la educación técnico-profesional. Los medios periodísticos están repletos de comunidades exigiendo politécnicos, así como de la reparación y equipamiento de los existentes.
EL DÍA respalda firmemente la reivindicación de que el Estado dominicano haga toda la inversión necesaria para tener una educación de calidad. Para eso se requiere tener claro los planes y programas a ejecutar, hacer inversiones racionales e inteligentes, administrar con pulcritud e integrar a la comunidad educativa en la veeduría social.
Luce muy oportuna la propuesta que se lanzó en una reunión en el Palacio Nacional para que organizaciones sociales especialistas en el área de educación se incorporen a una comisión para revisar la ejecución presupuestaria de Educación y que su trabajo trascienda el presente año.
Nuestro sistema educativo tiene grandes deficiencias, por lo que se requiere que en la forma como se invierten los recursos se tenga la misma interacción social que se observó cuando se reclamaba el 4 % del PIB para Educación.
