Jerusalén.- El fuego sagrado iluminó hoy el Santo Sepulcro de Jerusalén, esta vez y debido a la pandemia de coronavirus, sin los cientos de peregrinos con velas que lo abarrotan cada Sábado Santo ortodoxo a la espera del «milagro» en la ceremonia más intensa de su Semana Santa.
«Solo han dejado entrar a (unas) diez personas para recoger el fuego y luego repartirlo por otras áreas», explicó el cristiano jerosolimitano Michel Tarashi a Efe cuando intentó acercarse sin éxito a la iglesia con un ramillete de velas para prenderlas.
Decenas de controles policiales impedían a los cristianos ortodoxos aproximarse al emblemático templo de la ciudad amurallada, en el que repicaron las campanas cuando, según la tradición, el fuego descendió del cielo.
Dentro del habitáculo donde se ubica la tumba de Jesús, el patriarca ortodoxo Teófilos III elevó la llama que compartió con un número restringido de clérigos armenios, asirios y coptos que tuvieron acceso.
Ante la imposibilidad de transitar por los alrededores de la iglesia, por las restricciones del coronavirus, el júbilo estalló en los tejados y balcones del barrio cristiano de la Ciudad Vieja.
Si el fuego no se propagara en la Basílica, conocida también por la tradición ortodoxa como iglesia de la Resurrección o Anástasis, sería señal de mal augurio.
La ceremonia del fuego es la más emotiva de la Semana Santa ortodoxa que este año además tuvo que desafiar los cierres de fronteras para poder trasladar la llama sagrada a otras partes del mundo, con el fin de encender la fe de los cristianos.
Los clérigos salieron de la iglesia con mascarillas y ramilletes de velas encendidas hasta uno de los accesos de la muralla, momento en que algunos locales pudieron prender sus cirios que fueron repartiendo a las familias cristianas entre las callejuelas.
Diez delegaciones diplomáticas de países con comunidades ortodoxas esperaban en la Puerta de Yafa para recoger el fuego en lámparas de vela, tras lo que pusieron rumbo al aeropuerto de Ben Gurión, desde donde viajará en aviones sin pasajeros a países como Rusia, Ucrania y Grecia.
La Pascua ortodoxa, diferente a la de los católicos, es la más seguida por los palestinos cristianos que mañana pondrá fin a la Pasión de Cristo con un Domingo de Resurrección, marcado por la pandemia.