El frío también agrava las alergias
El frío puede provocar más casos de alergias e incluso agravarlas. La urticaria por bajas temperaturas, que afecta sobre todo a adultos jóvenes, o la rinitis son algunas de ellas, según alertan los alergólogos.
La urticaria por frío
En el caso de la urticaria por frío, explica la SEAIC, se trata de una reacción alérgica a causa de las bajas temperaturas o la inmersión en agua fría.
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Es común que los casos de esta alergia se incrementen o que los síntomas se intensifiquen con el frío. Se manifiesta en lesiones cutáneas que van desde habones en los casos más leves hasta las reacciones más graves como la anafilaxia (una reacción alérgica muy grave que afecta a todo el organismo).
Los alergólogos subrayan que afecta principalmente a adultos jóvenes y recomiendan hacer un estudio alergológico ante cualquier sospecha en cualquier época del año para identificar los factores que la desencadenan y adoptar las medidas adecuadas.
La rinitis alérgica
Hay más alergias que se agravan con el frío. La SEAIC indica que la rinitis alérgica o asma también puede empeorar por la combinación del frío, la contaminación ambiental y los hábitos típicos de la estación.
En este sentido explica que durante el invierno tanto el aire interior de las viviendas como el exterior tienen mayores niveles de contaminación.
En concreto, factores como la calefacción, menos ventilación de las casas, “que atrapa contaminantes cerca del suelo”, generan un ambiente que daña las vías respiratorias.
“Los contaminantes alteran la permeabilidad de las mucosas nasales y las vías respiratorias, lo que facilita la entrada de alérgenos, virus y bacterias, incrementando la intensidad y duración de los síntomas alérgicos”, asegura el presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC, Juan José Zapata.
Pero el frío también juega un papel esencial, advierten los alergólogos, ya que la exposición al aire frío y seco puede provocar inflamación y producción de mucosidad, mientras que en personas asmáticas puede desencadenar broncoconstricción, dificultando la respiración aún más.
Y a todo ello hay que sumar la incidencia de los alérgenos propios del invierno, como los ácaros del polvo, los hongos del ambiente y los epitelios de animales.
También algunos pólenes como el del ciprés, que poliniza entre enero y abril, o la artemisa, que lo hace en los meses fríos como diciembre y enero en algunas zonas del sureste de España, aumentan los síntomas de las alergias, añade la SEAIC.
Prevenir y manejar las alergias respiratorias en invierno
Los alergólogos inciden en que es fundamental que las mucosas de las vías respiratorias estén “en las mejores condiciones posibles” para prevenir las alergias respiratorias durante el invierno y poder manejarlas mejor.
Para ello, recomiendan reducir los contaminantes en el hogar, con una limpieza adecuada y una ventilación al menos de diez minutos por la mañana y por la noche. Mantener una temperatura y humedad adecuadas en interiores es otro de los consejos.
Diferencias entre un catarro y un ataque de alergia
Sobre los procesos catarrales, los alergólogos creen “esencial” tratarlos de forma adecuada para que no alteren la mucosa y ésta no sea más vulnerable a los alérgenos.
Sobre ello, explican que mientras los síntomas de un agravamiento de la alergia pueden durar semanas o hasta que persista la exposición al alérgeno, los del catarro suelen desaparecer en siete o diez días.
Asimismo, los síntomas alérgicos suelen aparecer de forma repentina tras el contacto con el alérgeno, en tanto que los del resfriado se manifiestan de forma más gradual.
La SEAIC recuerda la importancia de adoptar medidas preventivas y consultar con un alergólogo para un diagnóstico adecuado y un manejo eficiente de las alergias en invierno.
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