La Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el fin técnico de la pandemia del Covid-19. Hace meses que el mundo se ha ido incorporando a la normalidad.
Incluso se ha acuñado el término “precovid” o “prepandemia” como referencia comparativa en muchas actividades humanas.
Esto no quiere decir que ya no haya Covid-19, sino que se considera como una afección con la que la humanidad tiene que aprender a convivir y a prevenir.
La llegada del Covid-19 le mostró a la humanidad la fragilidad de la persona y también lo interrelacionado que está el mundo.
El proceso de recuperación de los efectos de la pandemia no ha concluido, aunque ya la pandemia haya llegado a su fin.
El efecto inflacionario empezó a sentirse cuando el mundo empezó a recuperarse, pues se debía volver a una demanda que se había caído por el cierre, un transporte marítimo que estaba sobredemandado y aparato productivo que estaba encogido.
A todo esto, cuando ya el mundo parecía recuperarse, entonces vino la guerra en Ucrania, que también demostró lo interrelacionado que está el mundo.
El que la OMS haya decretado el fin del período de pandemia es un formalismo de gran trascendencia para la humanidad, pero eso no pone fin al dolor y las consecuencias.