SANTO DOMINGO.– El obispo de la Diócesis de Nuestra Señora de La Altagracia, Jesús Castro Marte, definió al papa emérito Benedicto XVI, fallecido hoy a los 95 años, como un maestro insigne de la fe, siervo de la verdad, hombre de Dios, profeta de nuestro tiempo y militante de la caridad.
«Benedicto XVI ha muerto. Maestro insigne de la fe, siervo de la verdad, hombre de Dios, profeta de nuestro tiempo y militante de la caridad, nos deja un camino de vida marcado por la sabiduría, firmeza y disciplina de los santos. El faro de su enseñanza nos seguirá guiando», expresó Castro Marte en su cuenta de Twitter.
Benedicto XVI ha muerto.
Maestro insigne de la fe, siervo de la verdad, hombre de Dios, profeta de nuestro tiempo y militante de la caridad, nos deja un camino de vida marcado por la sabiduría, firmeza y disciplina de los santos.
El faro de su enseñanza nos seguirá guiando.
— Obispo Castro Marte (@Jesuscastro126) December 31, 2022
Benedicto XVI falleció hoy a los 95 años de edad en el monasterio vaticano en el que residía desde su histórica renuncia en 2013, y sus exequias serán la próxima semana, de forma sobria y solemne, siguiendo su voluntad.
El papa Francisco oficiará el funeral por el pontífice emérito Benedicto XVI el próximo 5 de enero, a las 9.30 horas (8.30 GMT), en la plaza de San Pedro, informó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.
El Vaticano informó hoy de la muerte del pontífice alemán, que había renunciado en 2013, con un escueto comunicado- “Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido a las 9-34 horas (8- 34 GMT) en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano». Según avanzó Bruni, Benedicto XVI dejó como última voluntad que su funeral fuera “lo más sencillo posible. Solemne pero sobrio».
También explicó que en el momento del fallecimiento Benedicto XVI se encontraba con su fiel secretario, monseñor George Ganswein, y con las cuatro mujeres del movimiento “Memores Domini ” que le han atendido los casi 10 años en los que vivió en el monasterio Mater Ecclesiae, en los jardines vaticanos, pues hacían turnos para no dejarle solo ni un momento.