“El espíritu combativo fue parte de mi formación y desarrollo”

“El espíritu combativo fue parte de mi formación y desarrollo”

“El espíritu combativo fue parte de mi formación y  desarrollo”

La activista feminista Lourdes Contreras al participar de los Coloquios de EL DÍA. José de León

SANTO DOMINGO .-  El espíritu combativo y las ideas de luchas sociales y políticas heredados de su familia fueron parte de la formación de la catedrática universitaria y activista feminista Lourdes Contreras de Isa Conde, nacida en Santiago de los Caballeros en 1945, época que se caracterizó por el despegue de la gesta antitrujillista.

Su niñez estuvo marcada por la valentía de su madre Mercedes Pérez y su tía Gilda Pérez, quienes enfrentaron la funesta dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.

“Mi madre siempre me contaba la ocasión en que mi tía fue amenazada con ser maltratada y ella osadamente respondió: será la primera vez que en este país una mujer hable desnuda a su pueblo. Eso me marcó”, expresó con orgullo en sus ojos.

Esa chispa que fue la que impulsó en Contreras el involucrarse en movimientos revolucionarios desde muy joven, apoyada por su madre, una mujer de armas tomar.

“Estuve presa por primera vez con 10 meses de nacida, porque mi mamá metía volantes antitrujillitas dentro de mis pañales”, dijo en medio de carcajadas. Con 14 años inició su militancia en el movimiento clandestino de izquierda “14 de Junio” dirigido por Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo).

Relación con Manolo

Su familia tenía una estrecha relación con Manolo, porque consideraban a las hermanas Mirabal como algo sagrado. Cuenta que en medio del terrible ambiente que reinaba en el país tras el ajusticiamiento, decidió mudarse a la capital, donde colaboró más de cerca con el guerrillero dominicano en sus trajines de escape por su vida.

Pasado ese tiempo inició sus estudios en la Universidad de Santo Domingo, donde militaba en células de pensamiento de la izquierda universitarios.

Agrega que en esos encuentros siempre se ubicó en los debates de las mujeres, pero no con perspectiva feminista, sino como parte de las luchas sociales, debido a que no tenía una reflexión teórica sobre la reivindicación de las mujeres, lo que surgió tiempo después.

En 1962 ingresó en la Federación de Mujeres Dominicanas, el cual era un espacio de ideas democráticas y de transformaciones en el periodo posterior a la era trujillista.

Pareja revolucionarios

Años más tarde, en medio de la Guerra de Abril de 1965, por la cual también trabajó, conoció a su esposo Narciso Isa Conde, un revolucionario a carta cabal quien fue muy cercano al coronel Francisco Caamaño.

Narra que el periodo más duro que vivió con su familia fueron los 12 años de gobierno del expresidente Joaquín Balaguer, donde la entrega de su marido a la causa revolucionaria lo llevó a la clandestinidad como respuesta a la represión y a la persecución, permaneciendo sola con la carga de su hogar bajo sus hombros.

Reveló que en la clandestinidad aprendió elementos de seguridad para salvaguardar la vida de su familia, porque nunca tuvieron paz durante ese tiempo. Indicó que el respiro de libertad lo experimentaron después del año 1978, a la llegada al poder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

“Me hice feminista sin tener una formación teórica sobre el tema”.